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Cientos de es de mujeres negras marchan en Filadelphia para exigir protagonismo social

El frío y la lluvia que ayer pesaron sobre Filadelfia no impidieron que cientos de miles de mujeres negras respondieran al llamamiento para participar en la denominada Marcha del Millón de Mujeres. Las manifestantes pretendían recuperar el sentimiento de hermandad entre ellas y afirmarse étnica y socialmente frente a problemas como la discriminación o el desempleo.- La concentración comenzó con un servicio religioso, siguió con actuaciones musicales y debía culminar con un discurso de Winnie Mandela,la activista suramericana y ex esposa de Nelson Mandela.

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Las autoridades municipales de Filadelfia, se habían preparado para recibir hasta unas 600.000 mujeres. A las tres horas del comienzo, la aportación de las ciudades de Nueva York, Chicago, Boston y Washington ya era de 150.000 mujeres. Cerca del llamado Liberty Bell -el lugar donde comenzó la lucha por la independencia de EE UU-, Cheryl Thomas-Porter, una policía de Chicago de 40 años, dijo: "Lo hemos conseguido. Este acto es el más importante celebrado en este país por las mujeres de origen africano"."Me siento feliz", dijo Jackie Wright, de 53 años, que había llegado desde Okemos (Michigan) con sus dos hijos pequeños. Wright añadió: "Deseo que esta reunión sirva para que las mujeres afroamericanas recuperemos nuestro tradicional espíritu de hermandad. Se trata de que podamos contar con nuestras amigas y vecinas para cosas como ocuparse de los niños cuando vamos al trabajo o a la compra o cuando estemos enfermas".

Bajo el lema Unidad, diálogo y respeto, la Marcha del Millón de Mujeres había sido organizada por un pequeño grupo de mujeres negras de Filadelfia al margen de La Nación del Islam o cualquier otra institución. Hace apenas un par de semanas, poca gente pensaba que iba a tener un gran eco, pero el traba o de movilización -basado en gran parte en el boca a boca y, sobre todo, Internet cosechó ayer un éxito espectacular. Ese éxito tenía aún más mérito puesto que, a diferencia de la Marcha del Millón de Hombres, con líderes tan populares como el reverendo Jesse Jackson, la de Filadelfia no ha contado con propagandistas célebres.

"Lo que intentamos es que el mayor número posible de hermanas (sisters) sientan hoy que no están solas frente a problemas como el desempleo, la violencia doméstica o el embarazo precoz de sus hijas", dijo Phile Chionesu, una empresaria negra de Filadelfia que junto con Asia Coney tuvo la idea de la concentración.

"Las mujeres negras", continuó Chionesu, "hemos cuidado siempre de todo el mundo en este país. De las mujeres blancas, los hombres blancos, los niños blancos; hemos cuidado de nuestros propios hombres y nuestros propios niños... Ya va siendo hora de que nos ocupemos de nosotras mismas".

El multitudinario acto de ayer confirma que las reuniones de carácter milenarista y vinculadas a la reafirmación de la identidad étnica, cultural, religiosa o de sexo se han convertido en los años noventa en EE UU en el equivalente de lo que fueron en los sesenta los movimientos a favor de los derechos civiles, la igualdad racial o el pacifismo. A comienzos de este mes, cientos de miles de hombres blancos se reunieron en Washington en el acto religioso organizado por los Guardianes de la Promesa.

En 1995, Farrakhan y la Nación del Islam concentraron en la capital a cientos de miles de varones negros. La de ayer fue la respuesta en negro y en femenino a esos dos actos. -

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