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El Gobierno colombiano ofrece un seguro de vida a los integrantes de las mesas electorales

Poco más de 7.000 dólares (algo más de un millón de pesetas). Esa es la cobertura del seguro de vida que el Gobierno colombiano ofrece a los delegados que estarán mañana en los colegios electorales, maestros y funcionarios en su mayoría con la amenaza de la pérdida de empleo en caso de no comparecer. El ambiente preelectoral, ya de por sí tenso, se ha visto más enrarecido por el secuestro del chileno Raúl Martínez el guatemalteco Manfredo Marroquín, observadores de la Orgarazación de Estados Americanos (OEA), en manos del Ejército de Liberación Nacional (ELN).

En vísperas de la jornada en la que los colombianos elegirán a sus representantes regionales y municipales y mientras el Gobierno sigue insistiendo en que "la situación está controlada" y que está "preparado para enfrentar cualquier emergencia", las noticias de funcionarios regionales son angustiosa . "¿Cómo se puede hablar de normalidad?", preguntó por radio una periodista al ministro del Interior. "Si hay 14 municipios sin transporte fluvial ni aéreo ni terrestre, ¿cómo podrá la gente acercarse a votar?", añadió.Las tensiones son múltiples: la guerrilla amenaza a los candidatos de todos los colores, a los ciudadanos que se atrevan a ir a las urnas, a los jurados (delegados de mesa) que cumplan con su labor, y amenazan también con quemar los vehículos que se atrevan a movilizarse. Los paramilitares llaman a los candidatos conservadores a que renuncien y a la población a que no vote.

El Gobierno pretende hacer frente a este rosario de amenazas, pagando seguros de vida y ofreciendo incentivos a quienes voten. A los delegados de mesa -en su mayoría son maestros y funcionarios públicos- les ofrece un seguro equivalente a 48 salarios mínimos, un poco más de 7.000 dólares. Pero si no se presentan a cumplir su misión, el Gobierno les amenaza con la destitución y el pago adicional de una multa de 1.800 dólares.

"La ley prevé como excusa enfermedad o muerte de un familiar, pero no una amenaza de muerte", repiten sin descanso los funcionarios a los 7.000 delegados de mesa que han renunciado. El Gobierno asegura que las dimisiones no son válidas.

Ayer, vanas ciudades, entre ellas Cali y Pasto, al sur, y Bucaramanga y Cucutá al nororoeste, continuaban semiparalizadas. En Cucutá, la ciudad más importante en la zona de frontera, los colegios decretaron vacaciones, y el comercio y la banca trabajaron a media marcha. "La guerrilla es cada vez más un proyecto militar impuesto por encima de la población, y cada vez menos un proyecto político. Lo que está pasando en este momento es una coacción militar sobre un proceso electoral", dijo a este periódico el historiador y politólogo jesuita Fernán González. La mayoría de los analistas califican de torpe la actitud de la guerrilla.

La población civil, durante muchos años apática y silenciosa, piensa manifestarse mañana domingo. En una elección paralela, los colombianos le dirán no a la guerra en el llamado "mandato ciudadano por la paz".

En cuanto a los dos observadores de la OEA, según el Gobierno no se puede hablar de secuestro sino de "retención". Raúl Martínez y Manfredo Marroquín fueron detenidos cuando se desplazaban entre Granada y San Carlos, municipio del oriente de Antioquia.

Liberados en una semana

Los guerrilleros anunciaron que les dejarán en libertad la próxima semana. A pesar de este incidente, el jefe de la misión de la OEA, Marco Tulio Bruni, dice que su trabajo se mantiene y que no solicitarán más proteción."Es una infracción manifiesta al derecho internacional humanitario", dijo la española Almudena Mazarrasa, delegada en Colombia del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, que se declaró "consternada por el secuestro". La ministra de Relaciones Exteriores, María Emma Mejía, lo calificó de "salvajada" y en una actitud que fue criticada por algunos, se ofreció como rehén a cambio de los delegados. El secretario del Partido Comunista, Jaime Caicedo, tiene una opinión distinta. Para él, el ELN puede estar llamando la atención porque siente que la misión (le observadores tiene como único propósito vigilar un debate amenazado exclusivamente por la subversión y no por los paramilitares.

[La delegación de 13 voluntarios españoles, observadores no oficiales en estas elecciones, suspendió ayer su gira por razones de seguridad].

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