Alvaro Arzú: la paz necesita inversiones

La reconstrucción de una sociedad civil en Guatemala necesita el mismo esfuerzo solidario que el empleado en negociar la paz tras 36 años de guerra civil. El presidente de Guatemala, Alvaro Arzú, y el dirigente de la guerrilla, Ricardo Ramírez, que hoy recibirán en Oviedo el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional, coincidieron ayer en la necesidad de reforzar el proceso de construcción de la democracia una vez que los acuerdos de paz se han cumplido de manera razonable.

Arzú, de 50 años, un empresario que visitará el sábado en Hondarribia (Guipúzcoa), el caserío de sus abuelos y aceptará orgulloso el título de hijo adoptivo del pueblo, ofrecido por el Ayuntamiento, recalcó en una conferencia de prensa celebrada en Madrid, que la "paz se concreta en hechos reales". Para ello, subrayó, es importante la inversión productiva que genere puestos de trabajo.

El presidente guatemalteco viajará a Hondarribia acompañado de su mujer y de su hijo para visitar el caserío Artzu, una hermosa casa que se alza en la ladera del monte Jaizkíbel, al pie del Santuario de Guadalupe, del que proceden sus antepasados.

El presidente Álvaro Arzú, que almorzó ayer en el palacio de la Zarzuela con don Juan Carlos y doña Sofía antes de viajar a Oviedo, se reunió por la mañana con un grupo inversor español interesado en desarrollar el enorme potencial turístico de Guatemala.

Obstáculos a la paz

En Oviedo, Ramírez explicó en nombre de la Unidad Revolucionaria Guatemalteca (URNG) que el cumplimiento razonable de los compromisos de paz necesita ahora ser desarrollado con un reforzamiento de la sociedad civil, informa Luis Prados. Los acuerdos de paz, que merecieron el reconocimiento internacional, se enfrentan, en opinión de Ramírez, a los intereses de poderosos sectores terratenientes que desean impedir la reconciliación civil.Ramírez afirmó que el análisis de la situación internacional facilitó el proceso de maduración de su organización para incorporarse a la actividad partidaria. Ahora confían en que la reforma constitucional posibilite la participación de la URNG, como grupo político, en la reforma del país.

Arzú, que fue elegido presidente de la República con escaso margen y amplia abstención en enero de 1996, hizo un balance positivo de su gestión en el Gobierno, en el que destacó la estabilidad económica alcanzada en estos últimos meses.

"Con una de las deudas menores de América Latina, 2.000 millones de dólares, una inflación controlada y un crecimiento razonable, Guatemala está en condiciones de iniciar una etapa histórica tras el acuerdo de paz" senaló Arzú. Según el presidente centroamericano, su país se enfrenta a un cambio de época, al que no es ajeno el proceso de integración en la región centroamericana en la que participa con pleno entusiasmo.

El proceso de desmovilización de la guerrilla, el paro y las secuelas de la guerra han dejado sin embargo graves problemas por resolver en la sociedad guatemalteca. Ayer, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) acordó expresar su profunda preocupación por la inseguridad a la que tiene que hacer frente la prensa y solicitó que se investiguen los asesinatos de periodistas ocurridos en los últimos meses en Guatemala para que no queden impunes.

Sobre el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional, que recibirá hoy de manos del heredero de la Corona, el presidente de Guatemala subrayó que el galardón no le ha sido concedido a él, sino al Gobierno. Es "una decisión objetiva del jurado haberle concedido este premio al Gobierno de la República, ya que la paz fue la tarea de un equipo", dijo.

Alvaro Arzú viaja acompañado de Gustavo Porras, secretario de la presidencia, que formó parte del equipo negociador de los acuerdos de paz.