Irritación de Bonn por las críticas de Günter Grass a su política turca

El escritor Günter Grass ha reabierto la discusión sobre la política de asilo de Alemania y la exportación de armas a Turquía y ha provocado indignación en medios gubernamentales, molestos por la última toma de posición de este enfant terrible de la literatura alemana. El motivo del escándalo fueron las declaraciones que Grass, que acaba de cumplir 70 años, realizó el domingo en Francfort con motivo de la concesión del premio de la Paz de los libreros alemanes al autor turco Yasar Kernal.

El autor de El tambor de hojalata acusó al ministro del Interior, Manfred Kanther, de practicar una política de expulsiones de extranjeros que envalentona a los grupos radicales de derechas. Afirmó que más de cuatro mil fugitivos de Turquía, Argelia y Nigeria, a los que no se les puede probar nada delictivo, se encuentran confinados en campos de internamiento. Y calificó el hecho como una "barbarie organizada democráticamente".

En presencia de representantes gubernamentales, Grass dijo en Francfort que Alemania tolera que las armas que exporta a Turquía sean utilizadas en una guerra de exterminio. Tras calificar este negocio de sucio, Grass añadió: "Me avergüenzo de mi país, que se mueve exclusivamente por fines económicos y cuyo Gobierno permite un comercio mortífero y además niega el derecho de asilo a los kurdos perseguidos".

La clase política se dividió ante las palabras de Grass. El portavoz del Gobierno, Peter Haussmann rechazó como falsos los comentarios del autor y dijo que Alemania es el país europeo que más refugiados acoge. Por su parte, el presidentedel Partido Socialdemócrata, Oskar Lafontaine, en la oposición, manifestó que las declaraciones de Grass serían para él motivo para examinar la política de expulsiones. Los Verdes dicen que, Alemania necesita gente como Grass. También el presidente de la comunidad turca en Alemania, Hakki Keskin, salió en defensa del novelista.