Los canales del poder
Los votantes de aldeas alejadas contaron con taxi gratis para acudir a los colegios electorales
El interventor del Partido Popular en el colegio electoral O Foxo sonríe abiertamente: "Ya no. Eso era antes. Ahora la gente es mayor de edad y viene a votar sola, pero es que los nuestros son muy cómodos y si no vas a buscarlos se quedan en casa". En la Galicia rural, en la antesala del siglo XXI, sobreviven casi intactas prácticas instauradas en épocas sombrías.El voto carrexado (transportado), denunciado por la oposición a los populares, alcanza tales cotas de tipismo, que hasta sus beneficiarios lo confiesan con asombrosa franqueza. Nada extraña teniendo en cuenta que el propio candidato popular a la Xunta, Manuel Fraga, alentó públicamente a su militancia a echarse a los caminos para evitar la pérdida de un solo voto por carencia de medios -"Que acudan incluso los que no estén demasiado enfermos", reclamó- y que el presidente de la Diputación de Lugo, Francisco Cacharro, invitó a "canalizar" los sufragios hacia las urnas.
En A Estrada (Pontevedra), el municipio gallego con mayor dispersión demográfica esparcida por más de 400 núcleos rurales, la hiperactividad desplegada para que las urnas "exploten" de papeletas no defraudaría un ápice a Fraga. El taxi que ayer trasladó, pasadas las 17.00 horas, a dos hermanas hasta el colegio electoral de Santa Cristina de Vea había cobrado por anticipado. "Esta mañana alguien vino a ofrecernos coche, que no tenemos, y le pedimos que vinieran a recogernos a partir de las cinco. Le hemos preguntado al taxista ahora si le debíamos algo, pero dijo que ya estaba pagado. Esto es muy frecuente por aquí. Nosotras hemos ido a votar así varias veces. ¿Ustedes son de la oposición?, concluyó inquiriendo una.
En la parroquia de Riobó, al filo del mediodía, un solo taxi había conducido hasta el colegio a una quincena de personas, según cálculos del interventor socialista Gonzalo Figueiras. En Santa Cristina, representantes del BNG detectaron desde primeras horas la frenética actividad de un taxista que "se estrenó con una deficiente psíquica, que siempre acude a votar en taxi".
El encauzamiento incluso quebró la protesta de medio centenar de vecinos de Pesqueira, en Baños de Molgas (Ourense), que habían acordado abstenerse en protesta por la supresión de su colegio, cuando el propietario de un Mercedes se ofreció para trasladar a votantes del PP hasta las urnas, informa F. J. Sarria.
La franja matinal resultó la más sosegada a la hora de "canalizar" papeletas. Los militantes activos acostumbran a supervisar la lista de votantes vencido el ecuador de la jornada electoral para localizar electores sensibles, lo que el ex líder del PSOE, Felipe González, censuró en un mitin como "pasar la lista al censo".
"Después de comer son las horas más conflictivas, comienzan a hacerlo con todo el descaro del mundo porque se ponen nerviosos". Desde su experiencia de 12 años como apoderado socialista en el colegio de Paradela -una escuela rural edificada en 1932 con las aportaciones de los emigrantes de La Habana y Buenos Aires-, Fernando Picaño desprende ya cierta resignación: "Es muy difícil frenar el carrexo de votos porque no es ilegal que transporten a la gente. Lo hemos denunciado en otras elecciones a la Guardia Civil y tampoco han podido intervenir". Ni PP, ni PSOE, ni BNG disponían ayer de datos sobre este tipo de prácticas.
Los agentes del instituto armado sí actuaron, en cambio, a instancias del taxista al que pincharon las ruedas en una convocatoria anterior en un colegio rural de A Estrada después de numerosas idas y venidas. Un juez condenó a los autores a indemnizarle con 10.000 pesetas por los desperfectos. En cuanto al tráfico de votantes, el taxista declaró que lo hacía "gratis".
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