En coche y con los sobres en la mano desde casa
El oportunismo -la Galicia rural está pespunteada de asfalto lustroso y reciente como prueba de la inmediatez electoral- y el descaro y la desfachatez de algunos políticos para captar el voto en las zonas rurales gallegas roza a veces el vodevil.Eso fue lo que ocurrió en un colegio estradense en elecciones anteriores, cuando una señora se acercó a la urna con la papeleta en la mano, miró sin pestañear al presidente de la mesa y le espetó con toda la naturalidad del mundo: "Vengo a traer el voto que me diste anoche".
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