"Adjuntado en cuerda floja"

El 23 de abril de 1995 el abogado de Mario Conde, y luego también de Perote, Jesús Santaella, entregó al ex ministro del Interior José Barrionuevo el llamado documento de los horrores, en el que se resumía la historia de la guerra sucia a través de los papeles del Cesid.El documento, con el que Conde buscaba impunidad judicial y un botín de 14.000 millones de pesetas, relataba la confección en el Cesid de dos sellos con el anagrama de los GAL, a petición del entonces jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil Andrés Cassinello y por orden del director del servicio secreto Emilio Alonso Manglano. "Dicho sello", agregaba el texto, "se conservó, finalizada la actividad de los grupos contraterroristas, en una caja fuerte del Ministerio del Interior. Otro de los sellos originales se adjunta en cuerda floja al presente informe".

Naturalmente, el sello no se adjuntaba ni "en cuerda floja" ni de ninguna otra forma pero la frase, tomada del lenguaje judicial, servía para advertir que el tampón estaba en poder de los redactores del documento.

En septiembre de 1995, tras romperse las conversaciones entre el Gobierno socialista y los emisarios de Conde, Perote inició su peregrinar por los Juzgados, en los que ratificó que los sellos de los GAL fueron fabricados en los talleres de la Agrupación Operativa del Cesid, que él mismo dirigió.

Sin embargo, nadie había vuelto a ver el tampón hasta su reaparición en la televisión de Telefónica y en el programa en el que debutó como cantante Mario Conde. En noviembre, el Supremo debe resolver el recurso del ex banquero contra la condena de seis años de cárcel que se le impuso en el caso Argentia Trust y el 1 de diciembre comienza el juicio por su gestión en Banesto. Antes, seguramente, habrá más sorpresas.