La cuenta atrás ha empezado

La cuenta atrás para la ocupación de la fábrica de Boetticher y Navarro arrancó el 23 de septiembre. Esa mañana se presentó en la comisaría de San Blas una denuncia que instaba al desalojo de la nave. El escrito llegó de manos de los síndicos de la quiebra (la empresa anunció en septiembre de 1986 suspensión de pagos y el Conflicto entre trabajadores y bancos sobre la propiedad de los terrenos aún sigue abierto).La denuncia, que ya ha sido enviada a los juzgados acompañada de un informe policial y otro de la junta municipal, fue bien acogida por los vecinos del barrio de San Cristóbal y del Cruce de Villaverde. Para ellos, la vieja fábrica y sus nuevos ocupantes se han convertido en un foco de delincuencia. Una opinión que sólo comparte a medias la policía, que considera que su incidencia en la criminalidad de la zona no es tanto un hecho objetivo como subjetivo. "Por ejemplo, la prostitución en el polígono de Villaverde ya existía antes de la ocupación de la fábrica. Tampoco es cierto que todos los inmigrantes sean delincuentes; algunos recogen chatarra o se van a la vendimia" comentó una fuente policial.

En la avenida de Golo-Golo, la noticia sobre el proceso de desalojo suena lejana. No parece importarles mucho. Están acostumbrados a vagar.