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SEMANA CARDIOSALUDABLE

La seguridad de la retaguardia

Un estudio reciente demuestra que la sumisión femenina protege del infarto

Londres ¿Es posible que su personalidad pueda aumentar -o disminuir- el riesgo que corre de sufrir un ataque cardiaco? Por ejemplo, una idea generalizada es que las personas que habitualmente tienen un carácter huraño y hostil tienen más posibilidades de sufrir un ataque cardiaco que aquéllas que son más fáciles de tratar. El debate científico intenta aclarar si esto es verdad o no.En un reciente número de la revista The Lancet, un equipo de investigadores reveló los resultados de un estudio cuyo fin era averiguar si existe una relación entre una enfermedad cardiaca y dos rasgos de la personalidad: la hostilidad y la sumisión. Descubrieron que en las mujeres, pero no en los hombres, la sumisión puede disminuir el riesgo de ataque cardiaco.

La idea de que nuestra personalidad puede afectar las posibilidades de que desarrollemos enfermedades de las arterias coronarias fue puesta en tela de juicio en los años cincuenta cuando dos cardiólogos, Milton Friedinan y R. H. Rosenman, propusieron la teoría de que los hombres de mediana edad que eran muy competitivos, siempre tenían prisa y eran propensos a enfadarse (comportamiento que llamaban de tipo A) tenían más posibilidades de sufrir un ataque cardiaco que las personas que se tomaban la vida con más calma (comportamiento llamado de tipo B).

Los estudios iniciales parecían apoyar su idea. Por ejemplo, un estudio en el que se realizó el seguimiento de más de 3.000 hombres de mediana edad durante más de ocho años, reveló que cuando se tenían en cuenta otros factores de riesgo, como el nivel de colesterol, la tensión arterial y el hábito de fumar, los hombres del tipo A tenían el doble de riesgo de desarrollar una angina, el dolor en el pecho provocado por la enfermedad de las arterias coronarías,- o de sufrir un ataque al corazón.

Pero esta relación entre la personalidad y el riesgo de ataque cardiaco no ha sido confirmada (in todos los estudios. Y algunos estudios han revelado realmente que el riesgo de ataque cardiaco parece ser en realidad menor en el caso de las personalidades de tipo A.Estos confusos resultados han llevado a los investigadores a especular con la idea de que quizá la definición de tipo A sea demasiado amplia y empezar a analizar los componentes de. ese tipo de personalidad para ver si hay algunos que reducen el riesgo de ataque cardiaco, otros que no influyen en absoluto y si hay otros que resultan verdaderamente peligrosos.

Más recientemente, los investigadores han estudiado también otros rasgos de la personalidad y, ahora, en The Lancet un equipo de investigadores del Reino Unido revela que tener una personalidad sumisa puede proteger a la gente de los ataques cardiacos. El estudio fue llevado a cabo por investigadores de la universidad de Edimburgo, Escocia. Martha C. Whiteman es la autora principal del estudio.Whiteman y sus colaboradores explican que la gente que tiene una personalidad sumisa tiende a carecer de confianza en sí misma, a sentirse insegura y, al no ser ni competitiva ni dominante, suele permanecer en un segundo plano. Las personas sumisas se diferencian de los individuos del tipo B clásico en que las primeras, aunque no son competitivas y puede que no se impongan a las demás, tienen confianza en sí mismas y son seguras y, por lo general, dan la cara y se imponen cuando hace falta.

Para este trabajo los investigadores de Edimburgo estudiaron a cerca de 1.600 hombres y mujeres cuya edad oscilaba entre los 55 y los 74 años. En un primer momento, todos los individuos se sometieron a exámenes físicos y a varias pruebas, entre ellas un electrocardiograma. En aquel momento, ninguno había sufrido un ataque cardiaco.

Como parte de su evaluación inicial -algo que han repetido desde entonces cada año- también rellenaron formularios en los que se incluían preguntas relativas a sentimientos de hostilidad, confianza en sí mismos, independencia y otras actitudes. Las respuestas a estas preguntas sirvieron para clasificar a las personas respecto a dos baremos: uno medía la hostilidad y el otro la sumisión.

Los investigadores descubrieron que por término medio, las mujeres tendían a tener una personalidad más sumisa que los hombres.

A continuación, se realizó el seguimiento de estos individuos durante cinco años. Al final del estudio, alrededor de un 10% de los hombres y un 4,5% de las mujeres habían sufrido ataques cardiacos, y alrededor de un 6ó/o de los hombres y un 5% de las mujeres habían desarrollado. una angina, el dolor provocado por la enfermedad de las arterias coronarias.

Los investigadores revelan que la hostilidad no tenía un efecto estadísticamente significativo en el riesgo de ataque cardiaco ni en los hombres ni en las mujeres. Y, entre los hombres, la sumisión, cuando se tenían en cuenta otros factores, no parecía influir de forma significativa en el riesgo de sufrir un ataque cardiaco. Pero, entre las mujeres, las que alcanzaron unos niveles más altos de sumisión tenían casi una tercera parte de posibilidades menos de sufrir un ataque cardiaco.

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