Jesulín, un torero completo
Lo que son las cosas: estaba entre el Faraón de Camas y el torero de la trianera calle Pureza, y el artista fue él, Jesulín de Ubrique, un diestro de masas, criticado por los aficionados y vituperado por su sentido moderno del toreo. Lo cierto es que Jesulín toreó en La Maestranza como un artista consumado. Su faena con la muleta fue una lección de temple por ambas manos, de lentitud y de parsimonia torera. Pases largos y ligados en una perfecta recreación de cada uno de ellos. Le faltó toro, que se caía de bueno, y le sobró facilidad. Por lo demás, impecable en su condición de torero artista. Y en el otro, valiente y lidiador, que es su faceta más conocida. El animal era. soso y descastado, pero Jesulín valiente y confiado, le obligó a embestir, y aunque la faena no pudo ser artística, sí fue la demostración de cómo se deben superar las dificultades de un toro. Sólo un pinchazo le privó de la oreja.Curro Romero no pudo cerrar la temporada sevillana con la misma vistosidad que lució en la Feria de Abril. Lo intentó en todo momento, pero su lote, absolutamente inservible, se lo impidió. En su primero, hizo lo posible por justificarse y, en vista de que no era posible faena alguna, puso cara de desesperación y mató con rapidez. El cuarto le permitió aún menos, pero no por ello se desanimó.
Moura / Romero, Muñoz, Jesulín
Toros de Joao Moura (3º, devuelto), justos de presentacíón, muy descastados: Sobrero de Hermanos Sampedro, noble.Curro Romero: pinchazo y media contraria (silencio); pinchazo y media baja (silencio). Emilio Muñoz: pinchazo y metisaca (silencio); media baja (silencio). Jesulín de Ubrique: pinchazo hondo y descabello (oreja); pinchazo y descabello (ovación). Plaza de la Maestranza, 12 de octubre. Corrida a beneficio de la Cruz Roja. Más de media entrada.
Y Muñoz tampoco tuvo toros. Se estiró en unas aceptables verónicas a su primero, rápidas, de poca profundidad. Después, la expectación se tornó en desilusión: el toro se refugió en tablas, y allí lo mató Muñoz de un metisaca casi en la barriga tan vergonzoso como fulminante. El quinto, además de parado, con malas ideas, y Muñoz, que no tiene madera de héroe, se mostró precavido y acabó de media estocada baja.
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