El premio Nobel de la Paz da un espaldarazo a la campaña mundial contra las minas antipersonas
Pocas veces el Premio de la Paz ha cumplido tan cabalmente la voluntad del testamento de Alfred Nobel. Al concederlo este año a un movimiento mundial a favor del desarme -la organización Campaña Internacional Contra las Minas Antipersonas (ICBL, en sus siglas en inglés)-, el Comité Nobel del Parlamento noruego dio ayer un solemne espaldarazo a la tarea de la fundadora de la campaña, la estadounidense Jody Williams, y de quienes, como la princesa Diana de Gales, han combatido contra una plaga de 110 millones de artefactos sembrados en 70 países y que se cobra 26.000 víctimas cada año.
Muchos observadores han visto también en la decisión del Comité Nobel noruego un homenaje póstumo a la princesa Diana por el compromiso que asumió en los últimos años de su vida contra el azote de las minas. Sus visitas a Bosnia y Angola para solidarizarse con las víctimas, especialmente con los niños, fueron ampliamente difundidas.La adjudicación del premio supone un espaldarazo al llamado proceso de Ottawa, impulsado por la ICBL para lograr la eliminación y prohibición total. de las minas antipersonas. A comienzos del próximo mes de diciembre, cerca de un centenar de países tienen previsto ratificar en Ottawa un documento firmado en Oslo el pasado mes de septiembre para la prohibición de las minas antipersonas.
Pero Estados Unidos, que participó en la conferencia de Oslo, se ha negado a suscribir el borrador tras aducir razones de seguridad y reclamar ciertas excepciones, que no fueron aceptadas por los demás países. "El presidente Bill Clinton", dijo su portavoz, Mike McCurrey, "está solido como una roca en su confianza de que su punto de vista es el correcto, el que protege nuestros intereses y el que trabaja en la perspectiva de eliminar la plaga de las minas terrestres". Esa declaración oficial, no obstante, no logró ocultar el hecho de que la decisión del comité del Nobel ha colocado en una muy incómoda posición a Clinton. La negativa del presidente a adherirse al movimiento interna cional en marcha para la inmediata eliminación de las minas terrestres obedece a la presión que sufre por parte del Pentágono, informa Javier Valenzuela desde Washington.
En sus primeras declaraciones tras conocer la noticia del premio, la fundadora de la organización, Jody Williams, anunció que hablará directamente con el presidente Clinton, para exhortarle afirmar del acuerdo. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, lanzó ayer un llamamiento "a todos los gobiernos" para que suscriban el tratado de prohibición.
La Campaña Internacional Contra las Minas Antipersonas coordina a unas 1.000 organizaciones en todo el mundo. Estos grupos compartirán el importe del premio -unos 140 millones de pesetas-, que, según Williams, será invertido en los objetivos de la organización: la prohibición total de las minas antipersonas y el establecimiento de un fondo internacional para los gastos de su destrucción, con aportaciones de los fabricantes de los artefactos.
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