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Sanidad propone análisis médicos para medir los efectos de la incineradora

José Manuel Romero

Los expertos de la consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid han redactado un plan para evaluar el impacto ambiental de la incineradora de Valdemingómez en la salud de las personas en el que proponen análisis de sangre, orina y pelo sobre la población considerada de riesgo que vive próxima a los hornos.Con estos análisis, los especialistas sanitarios pretenden identificar los "posibles efectos agudos" de la contaminación que pudiera generar la incinera-dora por un supuesto funcionamiento anormal de la misma y, además, evaluar los efectos que a largo plazo pudieran tener las emisiones de los tres hornos de Valdemingómez sobre la población más próxima.

El plan no establece, de momento, qué poblaciones o núcleos de viviendas serían susceptibles de ser sometidos a las pruebas. En cualquier caso, éstas se realizarían sobre un grupo de vecinos y no sobre toda la población afectada.

Desde el mes de junio la incineradora trabaja al ciento por ciento de su capacidad (600 toneladas de basura al día). La propuesta técnica sobre el estudio epidemiológico que la consejera de Sanidad, Rosa Posada, tiene sobre su mesa deberá ser analizada por los máximos responsables en sanidad y medioambiente de la Comunidad y del Ayuntamiento de Madrid.

Posada ha convocado una reunión para la próxima semana con los concejales de Sanidad, Simón Viñals, y Medioambiente, Adriano García-Loygorri, y con el consejero de Medioambiente, Carlos Mayor Oreja, para decidir si se aplican las medidas propuestas por los técnicos regionales.

Posada aseguró ayer a este periódico que, desde hace meses, su departamento conoce los datos concretos sobre. emisión de partículas tóxicas (dioxinas y furanos) de la incineradora de Valderniñgómez. "En ningún caso esas emisiones sobrepasan los límites establecidos por la Comunidad de Madrid para garantizar la salud de las personas".

El plan de Sanidad también propone analizar el suelo, el ganado y la hierba

"Ahora entre nosotros y el Ayuntarniento", continuó la consejera de Sanidad, "deberemos analizar si ponemos en marcha las medidas para establecer el estudio epidemiológico que han diseñado los técnicos".Julio Setién, portavoz de medio ambiente de IU, no acepta negativas en una tema que considera de máxima importancia para los madrileños. "Posada se comprometió hace un año con nosotros a realizar los estudios epidemiológicos que le han planteado sus técnicos y ahora no se puede escudar en que las emisiones de partículas tóxicas de la incineradora no superan lo legalmente establecido. Esa es sólo una forma de evitar un tema de la máxima importancia".

Los especialistas sanitarios han diseñado un programa de actuación que arranca del análisis geográfico de la demanda de urgencias hospitalarias por problemas respiratorios entre los años 1993 y 1996. Con este estudio, los técnicos esperan detectar si hay diferencias alarmantes en la zona próxima a la incineradora de Valdemingómez. Ésta sería la primera parte de la investigación.

Después, los expertos plantean hacer análisis de sangre, orina y pelo sobre "una muestra representativa" de la población expuesta a los efectos de la planta, sin precisar el número de personas que deberán someterse a estas pruebas ni las poblaciones afectadas. Los análisis se repetirán sobre otra muestra representativa de ciudadanos que residan lejos del área de influencia de la incineradora.

Estos análisis, según la propuesta presentada por los técnicos de la Consejería de Sanidad, deberían hacerse en la fase de inicio del funcionamiento de los tres hornos de Valdemingómez (junio de este año) y repetirlos dentro de cinco años. Por último, el plan de los especialistas a las órdenes de Rosa Posada propone estudiar los niveles de contaminantes que existen en la cadena trófica de Valdemingómez, esto es, suelos y aguas de origen subterráneo, hierbas comunes y ganado de los alrededores.Una larga polémica

La polémica sobre la incineradora arranca a finales de los años ochenta, cuando el Ayuntamiento, entonces gobernado por el PSOE, anuncia que se va a construir una planta para quemar una parte de los residuos de la capital. Sin embargo, no fue hasta finales de 1995 cuando se puso en marcha la planta.

Durante un ano y medio de pruebas y denuncias -de ecologistas, de la izquierda municipal y regional y de la Fiscalía de Medio Ambiente- la incineradora funcionó con un permiso provisional de la Comunidad. El pasado abril,una resolución del Tribunal Superior de Justicia determinó que no se había demostrado que la planta dañase la salud.

En mayo, Medio Ambiente dio el permiso definitivo. La incineradora ya puede tratar 1.200 toneladas de basura diaria (600 son incineradas).

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