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Aguirre ofrece limitar al 10% el descuento de los libros de texto para el próximo curso

Los editores españoles mantienen el plante a los actos paralelos de Liber 97

El rechazo frontal de editores, libreros y personalidades de la cultura a la ruptura del precio fijo para los libros de texto ha hecho mover sus posiciones a la titular de Educación y cultura, Esperanza Aguirre. Apelando a un supuesto ofrecimiento de editores y libreros, la ministra se declara dispuesta a promover enmiendas parlamentarias para reducir el descuento autorizado para el próximo curso del 25% al 10% y limitar el periodo de liberalización de tres a dos años. Las organizaciones del sector han negado la existencia de esa propuesta y mantienen que acabar con el precio fijo sólo puede beneficiar a las grandes superficies. Los editores españoles expresaron ayer su protesta con el boicoteo a los actos culturales de Liber 97.

El presidente de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), Juan de Isasa, anunció que el sector ha comenzado a negociar con todos los grupos políticos para que el Parlamento anule la liberalización del precio de los libros de textos durante la discusión de los Presupuestos. El dirigente de los editores comentó ayer que "el Gobierno ha cedido a las presiones de las grandes superficies y a la demagogia sobre la gratuidad de libros escolares".Tras su declaración de guerra al Ejecutivo del PP lanzada el martes, en la inauguración de Liber 97, De Isasa se sentía ayer como "Plácido Domingo después de cantar un aria" por las ovaciones que recibió de centenares de Ebreros, editores y distribuidores. La inmensa mayoría de participantes en Liber 97 coincidía ayer en que la ruptura del precio fijo en los libros de texto provocará "la ruina de las pequeñas editoriales y librerías".

El origen del conflicto parte del Consejo de Ministros del pasado viernes, que incluyó en la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos un artículo que autoriza los descuentos en los textos de infantil, primaria y secundaria obligatoria de forma escalonada: 25% el curso próximo, 50% el curso 1999-,2000 y supresión del precio fijo para el 2000-2001. Sólo cuatro de los 15 países de la Unión Europea tienen libertad de precios para los libros.

Polémica de precios

El proyecto del Gobierno, bien visto por las organizaciones de consumidores, ha sido acogido como una bomba por el mundo de la cultura. Aguirre, que el martes no acudió a la inauguración de Liber 97, no tuvo ayer más remedio que salir a la palestra y asegurar que no es intención del Gobierno "atacar a nada ni a nadie, lo único que pretende es hacerse eco de la queja, que viene teniendo lugar desde hace muchos años, de que el precio de los libros de texto, especialmente para las familias más necesitadas, se hace muy gravoso en el mes de septiembre".

Para intentar calmar las aguas, la ministra proclamó su interés en negociar con editores y libreros. El problema es que ha tomado como referencia un documento sin valor: un borrador desfasado de la FGEE. Esta organización envió un informe al Consejo Económico y Social en el que rechazaba de plano la medida del Ejecutivo. En el borrador manejado por la ministra, sin embargo, el rechazo venía acompañado de una alternativa: un 10% de descuento autorizado el primer año y la liberalización para el segundo. Los editores consideran que este documento carece de validez.

El subsecretario de Educación, Ignacio González, afirmó ayer que el Gobierno no cuestiona el precio fijo en general, sino el de los libros de texto, porque afecta a "un grupo cautivo de consumidores en un mercado que, en los últimos cuatro años, ha aumentado los precios en un 25%". González asegura que el Ministerio ha intentado infructuosamente reunir en la misma mesa de negociación a editores, libreros y distribuidores. "Nosotros no queremos autorizar descuentos del l00% ni la venta a Pérdidas. Queremos la libertad de descuentos, siempre que se cumplan las leyes del Comercio Minorista y de Defensa de la Competencia", dijo. "La instrumentalización del mundo cultural responde a los deseos de algunas editoriales con intereses económicos y políticos opuestos al Gobierno añadió.

"Nadie se opone a la gratuidad de los textos, pero alguien tendrá que pagar el coste", señala De Isasa, "porque las medicinas son gratuitas, pero no por ello han desaparecido los laboratorios ni las farmacias". Entre las medidas que los editores sugieren para abaratar los libros se hallan un sistema de becas más amplio, desgravaciones fiscales o la habilitación de créditos.

Por otra parte, los editores mantuvieron ayer su boicoteo a los actos culturales organizados en Liber 97. El plante afectó -aunque sólo parcialmente- a la entrega de los premios nacionales de, Literatura, a una mesa redonda entre editores y autores en la Residencia de Estudiantes y a un encuentro de editoriales españolas y norteamericanas. La FGEE ha aplazado también la entrega de sus galardones al mejor librero del año (librería Lagun, de San Sebastián) y a la mejor difusión del libro (Residencia de Estudiantes).

Los editores no acudieron a la entrega de los premios nacionales de Literatura. Algunos se acercaron al acto "exclusivamente" para saludar a sus autores. El premio a la mejor labor editorial a Gredos fue recogido por Isabel Calonge porque "lo cortés no quita lo valiente", según declaró. "Estamos seriamente preocupados por este conflicto", comentó.

El conflicto no fue mencionado en el discurso de la ministra, que llegó tarde por asistir al pleno del Senado. Su texto fue leído por Miguel Ángel Cortés, secretario de Estado dé Cultura. Cortés declaró que el Gobierno había tomado una decisión para que los padres de alumnos "puedan adquirir los libros de texto más baratos" y que una parte del sector editorial "tiene una querencia grande al precio fijo". Añadió que las posiciones eran conocidas porque en ningún momento se ha roto el diálogo con un sector "ejemplar".

Salvador Clotas, diputado del PSOE, afirmó que su partido es favorable al precio fijo y presentará una enmienda para impedir "los intentos del PP y del Gobierno de liberalizar los precios". "Creo que el precio fijo es fundamental en un país que tiene una industria muy importante, instrumento cultural de primera. El Gobierno debería dar marcha atrás con una medida fracasada en Francia y en Inglaterra".

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