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Año y medio de difícil convivencia

En vísperas del estallido de la crisis política, el presidente de la patronal italiana, Giorgio Fossa, resaltó la inevitabilidad de los roces en el seno de la mayoría. "No hay verdadera homogeneidad política", dijo Fossa. Desde el triunfo electoral del Olivo el 21 de abril de 1996, la convivencia con el Partido de Refundación Comunista (PRC) ha sido, efectivamente, difícil. Ayer, su líder, Fausto Bertinotti, se refirió a esa dificultad al señalar que el PRC ha sostenido a la mayoría "con grandes sacrificios", se supone que ideológicos.Los llamados neocomunistas han manifestado su desacuerdo en numerosas ocasiones, pero rara vez han sido escuchados por un Gobierno dirigido básicamente por el Partido Democrático de la Izquierda (PDS), un partido claramente reformista y en perfecta sintonía con la economía de mercado. La dirección de Refundación Comunista ha clamado, por ejemplo, y sin demasiado éxito, contra el proceso de privatización de las empresas públicas.

En el caso de la rebautizada empresa de telefonía, Telecom, Bertinotti pidió que no se permitiera la entrada sustancial de capital extranjero -la falta de interés de los operadores internacionales ha estado a punto de ofrecerle un triunfo inesperado-, sin conseguirlo. Tampoco en la política sobre los inmigrantes ha estado Refundación de acuerdo con las líneas maestras del Ejecutivo de centro-izquierda, ni en lo referente al problema planteado por los albaneses ni a la financiación de la escuela privada.

Evitar la crisis

En cuanto a la Ley de Presupuestos de 1998, Refundación votó el documento previo en la Cámara pese a estar en desacuerdo, "para evitar la crisis", según explicó ayer Bertinotti, y con la esperanza de que sus quejas serían escuchadas.

Pero el máximo escollo en la convivencia entre el Gobierno de Prodi y Refundación Comunista han sido las pésimas relaciones entre el PRC y el hermano reformista, el PDS, nacido de la escisión del Partido Comunista Italiano (PCI) y que dirige Massimo D'Alema. Discrepancias que se han dejado sentir en los debates de la Bicameral -la comisión parlamentaria especial creada para afrontar las reformas constitucionales- y en un tema aparentemente menor pero clave, la inclusión del ex magistrado símbolo del movimiento Manos Limpias, Antonio di Pietro, en las listas del Olivo al Senado por el Mugello, una circunscripción electoral de la Toscana. Refundación Comunista se opuso a ello con uñas y dientes, pero no consiguió torcer la voluntad de D'Alema, el gran poder en la sombra del Gobierno de Prodi.

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