Destacada presencia española en la Feria de Arte de Guadalajara
La ciudad de Guadalajara (México) fue a lo largo de la semana pasada el escenario de la VI Feria Internacional de Arte Contemporáneo, un acontecimiento diseñado a imagen y semejanza de la madrileña Arco, que se ha convertido, en su breve existencia, en el más importante encuentro del arte de vanguardia en Latinoamérica. De alguna manera, este encuentro, voluntariamente. radical y un poco de bolsillo, con las 80 galerías, un público joven y el grupo de coleccionistas, más de 150, con sus chequeras millonarias, es un anticipo de lo que se verá dentro de bien poco en el ferial de Madrid. Las más de 20.000 personas que visitaron la muestra tuvieron la oportunidad de encontrarse con las últimas tendencias del arte contemporáneo, que incluyen la presencia de las estéticas freak y hasta gore, las videoinstalaciones -ya casi residuales- y la cada vez más obvia vuelta a la pintura.Organización y teoría
La presencia española, desde el mismo comité organizador, del que forman parte especialistas como Rosina Gómez Baeza, directora de Arco, a la persona del propio director, el español Pablo del Val, fue, entre las extranjeras, la más importante, seguida de cerca por Estados Unidos, y más atrás, por los hasta 15 países europeos y americanos que mandaron a sus galeristas. Y sus artistas. Catorce galerías españolas, a las que hay que sumar la presencia institucional de la Comunidad Valenciana, en la que destacó la instalación de Miquel Navarro, La Ciudad, una importante exposición paralela en el Instituto Cabañas, y la muestra del fondo pop y nueva figuración del IVAM, con importantes piezas de Eduardo Arroyo y el Equipo Crónica.
Pero, seguramente, fue mayor aún la influencia, diríamos, filosófica, a partir del programa de un foro teórico sobre arte contemporáneo. Aunque a diferencia de la española, auspiciada desde el principio por el Ministerio de Cultura, Expoarte 97 es una idea de la Asociación Farco, reunión de coleccionistas e industriales privados, la estructura de la feria y sus acontecimientos paralelos es muy similar a la española. Farco cuenta con un proyecto de compras de arte con un presupuesto de 100.000 dólares, (en torno a los quince millones de pesetas) para adquisición de piezas de artistas jóvenes.
De alguna manera, este Expoarte 97 es una prueba de la internacionalización creciente de la cultura y del papel que la cultura peninsular puede jugar y juega en su extensión en este territorio natural común que es Latinoamérica. De ahí que los nombres de los artistas exhibidos hayan sido, probablemente, los mismos en todas partes: los españoles Susana Solano, Eva Lootz, Carmen Calvo, Carlos Pazos, Elena Rivero o uno de los triunfadores de la feria, Antonio Murado; los argentinos Guillermo Kuitka, Daniel Scheimberg y Liliana Porter; el norteamericano Ray Smith, de enorme aceptación en las colecciones mexicanas, o los maestros Willem de Kooning, Robert Ryman o Peter Greeneway.
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