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Kohl confirma su fuerza electoral con el éxito de los democristianos en Hamburgo

El canciller federal, el democristiano Helmut Kohl (CDU), compareció ayer ante la prensa radiante de satisfacción tras el sólido avance que consiguió su partido en las elecciones del domingo en Hamburgo, tercera ciudad del país. Golpeado este verano por pésimas previsiones en los sondeos de opinión y por problemas internos, el canciller volvió a demostrar que, a la hora de las urnas, el pueblo le da su confianza. Aunque sigue siendo el segundo partido de Hamburgo, la CDU logró crecer 5,6 puntos. Las víctimas fueron los socialdemócratas, gobernantes en Hamburgo durante os últimos 40 años, que descendieron un 4,2% respecto a 1993. Su peor resultado desde 1946.

Si Kohl estaba exultante, el presidente del partido socialdemócrata, el jefe de Gobierno del Sarre, Oskar Lafontaine (SPD), compareció ante la prensa ansioso de tapar su perplejidad. Ambos analizaron en Bonn los resultados de las elecciones regionales de Hamburgo. El SPD consiguió un 36,2%, y la CDU llegó al 30,7%.La elección de Hamburgo supone un severo castigo para el SPD y, lo que resulta aún más grave, le sume en la perplejidad e inseguridad, cuando falta un año y una semana para las elecciones federales. Las encuestas muestran que Kohl y su Gobierno han perdido el apoyo del electorado, pero, a la hora de la verdad, cuando se meten los votos reales en las urnas, el partido del canciller, la CDU, gana sin que le hagan mella ni los 4,3 millones de parados, ni un verano convertido en un auténtico culebrón político por destacados políticos de la coalición que gobierna en Bonn.

La elección de Hamburgo constituye una seria advertencia para el aspirante a canciller de la socialdemocracia, el presidente de Gobierno de Baja Sajonia, Gerhard Schröder, quien comparece ante su electorado el próximo 1 de marzo y había elegido como temas de su campaña los mismos que han llevado al SPD al desastre en Hamburgo: la seguridad ciudadana y el euroescepticismo. Kohl se permitió ayer la bravata de afirmar: "Quien se oponga al euro perderá las elecciones federales". Schröder ya ha fijado su barrera de pérdidas en Baja Sajonia, un 2%, y prometió que, si baja de ese límite, renunciará a sus pretensiones de luchar por la cancillería. Esto dejaría el camino abierto a Lafontaine (SPD) para intentar la revancha a su derrota de 1990.

FracasoLos analistas del SPD se esfuerzan por afirmar que el resultado de Hamburgo no se puede trasladar a toda Alemania, porque responde a la estructura urbana de la ciudad-estado, con unos problemas específicos de las grandes ciudades. Esta interpretación parece más bien un producto: de confundir deseos con realidades.. El candidato del SPD en Hamburgo, Henning Voscherau, quien tuvo la decencia de asumir su fracaso y dimitir la misma noche del domingo, había adquirido notoriedad nacional en los últimos meses con sus intervenciones en la Cámara alta, Consejo Federal (Bundesrat), en defensa de las posiciones socialdemócratas. Su fracaso en Hamburgo es sin duda el fracaso de todo el partido.La ultraderecha más virulenta, un partido digno acreedor del calificativo de neonazi, la Unión del Pueblo Alemán (DVU), estuvo a sólo 238 votos del 5% que permite ingresar en el Parlamento de Hamburgo. Sin duda 57.000 votos ultraderechistas o neonazis en Hamburgo son motivo de preocupación, sobre todo porque proceden de los más jóvenes y de sectores obreros. Pero, como dijo ayer Kohl, todavía representan un potencial menor que el de esos mismos grupos en países vecinos.

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