Menem recurre a medidas populistas para frenar el avance de la oposición

A la baja las expectativas del oficialismo argentino en las legislativas del 26 de octubre, el Gobierno del neoperonista Carlos Menem entró en liza con generosidad presupuestaria y una catarata de promesas encaminadas a revertir la tendencia del voto y hacer justicia en sectores hasta ahora postergados. Las jubilaciones mínimas, 145 pesos (22.000 pesetas) mensuales para las 850.000 personas en esa lamentable categoría, subirán 50 pesos, aumentarán los sueldos de los docentes, alzados en armas desde hace un lustro y en huelga de hambre desde hace meses frente el Congreso.

La Alianza entre la socialdemócrata Unión Cívica Radical y la coalición de centro-izquierda Frepaso (Frente del País Solidario) engorda en feudos tradicionalmente peronistas, y preocupa al conservador peronismo, que no pierde una elección desde hace diez años."Yo le digo al señor presidente que el voto de los jubilados no tiene precio. No se rige por el bolsillo, sino por la razón". Bramó la disidente peronista y candidata por el movimiento Unión Por Todos, Patricia Bullrich, para quien el presupuesto presentado por el Ministerio de Economía, está lleno de improvisaciones y "muestra a la claras que los anuncios de aumentos salariales a los docentes y jubilados no fueron más que una maniobra electoralista de Menem".

Fortunata, de 77 años, que cobra una pensión de 145 pesos en un país en el que una buena comida con vino de marca se acerca a esa cantidad, resume así su penuria: "Si no fuera por mi sobrino no sé qué sería de mí". Su hermana Nicolasa, de 84 años y que cobra 271 pesos, es más dura: "Es mejor morir que seguir en esta situación".

También se manifiesta pródigo el gobernador de la provincia de Buenos Aires, el peronista Eduardo Duhalde, que cuenta en el Congreso con un grupo de diputados leales y aspira a la sucesión de Menem en las presidenciales de 1999. Duhalde, empeñado en desmarcarse de su jefe de filas y casar en su discurso el populismo peronista de antes con el liberalismo económico de ahora, prometió alzas salariales en el funcionariado y la enseñanza capaces de recuperar el poder adquisitivo perdido por esos sectores desde 1991. Fuentes del Ministerio de Economía de la provincia, en la que viven 14 de los 36 millones de argentinos, reconocen que los funcionarios estatales sufrieron una merma de entre el 40% y el 50% de su capacidad adquisitiva a partir de aquel año.