Un censo de 80.000 votantes
El contencioso sobre el número y la identidad de los votantes en el referéndum de autodeterminación impedía hasta ahora la materialización de la consulta. Desde el alto el fuego de septiembre de 1991, que debía dar paso a una consulta a celebrar en 1992, el proceso de paz en el Sáhara auspiciado por la ONU estaba en punto muerto por la polémica entre Rabat y el Polisario sobre quién debe ser considerado saharaui a la hora de votar. Finalmente, podrán hacerlo 80.000 personas.Marruecos argumentaba que el censo español de 1974, que identifica a unas 75.000 personas, se quedó cojo, puesto que en aquel momento había muchos saharauis que, por razones políticas o económicas, no vivían en el territorio. El Polisario aceptó en su momento una ligera ampliación del número de potenciales votantes, pero la lista de candidatos presentada por Rabat -con más de 100.000 personas no inscritas en el censo español- le parecía exagerada. La ONU insistía en que el número de votantes no debería superar los 100.000.
Según recordó Baker, el conflicto del Sáhara es, después del de Chipre, el segundo de más antigüedad de los que tiene pendientes la ONU. En la primera mitad de los años setenta, la ONU acordó que la población de la entonces colonia española tenía derecho a pronunciarse sobre su identidad y su futuro. Pero en el otoño de 1975, coincidiendo con la agonía de Franco, Hassan II desencadenó la Marcha Verde y se hizo con el territorio.
Organizados en el Frente Polisario y replegados en la desértica región argelina de Tinduf, los independentistas sahauris proclamaron la RASD, reconocida por varias decenas de países. Numerosas escaramuzas y la construcción por parte marroquí de muros en el desierto precedieron al alto el fuego dé 1991 y la conformidad formal de las partes en la celebración de una consulta de autodeterminación bajo los auspicios de la ONU.
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