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Trimble, el 'señor quizás'

David Trimble, el líder del Partido Unionista del Ulster (UUP), que ayer se presentaba como la pieza clave para la construcción de diálogo entre los norirlandeses protestantes que quieren vivir bajo la bandera británica y los republicanos católicos ansiosos de ver el fin de la ocupación militar de Londres, es un aficionado a la ópera. Esto es una sorpresa si se considera que el político que mantiene en vilo el futuro del proceso de paz en el Ulster carece de talento dramático.Trimble dijo ayer que irá a. las conversaciones de paz, aniquilando así el efecto de suspense que produjo su efímero gesto contrario al proyecto. Hoy, Trimble dará un signo de la novedosa faceta pragmática de los protestantes afirmando que tomará su asiento en la conferencia de Stormont. Se lo impone la presión política de Londres y las encuestas entre la mayoría protestante de Irlanda del Norte, que comparte una cosa con los republicanos católicos: la fatiga. Después de casi tres décadas de "los problemas", el eufemismo irlandés para casi tres décadas de guerra en el Ulster, lo que hay es cansancio de tanta violencia.

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La prueba para Trimble es simple. Consiste en aceptar o rechazar la mano de Gerry Adams, el líder del Sinn Fein y comsumar, a los ojos de muchos protestantes, una reconciliación o un sacrilegio.

Trimble es el ídolo de los derechistas que hace 20 años formaron milicias en los clubes irlandeses donde había y todavía hay más lealtad a Londres que a Belfast, Dublín y Derry. Su llegada a la cúpula del UUP fue accidental. La renuncia forzada de Jaques Molyneaux, considerado "débil" por las bases del Ulster, empuja a Trimble a la jefatura de un movimientno armado y construido sobre lemas como "Jamás una rendición". Trimble, hijo de una familia de clase media, es, como buen irlandés, un hombre elocuente. Le encantan los detalles, le apasiona la historia y goza si hay buena música. Pero incluso sus amigos admiten que sus cualidades son eclipsadas por frecuentes explosiones de mal genio.

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