La nave compañera de la 'Pathfinder' llega mañana
La "Mars Global Surveyor" permanecerá en órbita de Marte y lo estudiará durante dos años
Quedan pocas horas para que los controladores de la nave no tripulada Mars Global Surveyor (MGS) den las órdenes para que se enciendan los motores del vehículo espacial, la maniobra más importante desde que salió de la Tierra hace 10 meses. En ese momento, la nave, después de recorrer 250 millones de kilómetros, estará a punto de interceptar la órbita que recorre, el planeta Marte alrededor del Sol. La MGS debe frenar para interrumpir su viaje interplanetario y quedarse en órbita del planeta, una maniobra bastante complicada a la que los ingenieros de la NASA han aplicado técnicas innovadoras que deben ahora demostrar su eficacia. Desde allí podrá observar, entre otras cosas, a la Mars Pathfinder, su compañera de viaje, que alcanzó Marte directamente el pasado 4 de julio y cayó sobre su superficie.La primera maniobra, la de inserción en la órbita marciana, será tradicional y debe producirse a primeras horas de mañana jueves, exactamente a las 3.30 de la madrugada. Entonces los controladores ordenarán el encendido del cohete principal de la nave durante 25 minutos para reducir su velocidad de crucero de 22 kilómetros por segundo a una de sólo 0,98 kilómetros por segundo. Este frenazo espacial debe permitir a Marte capturar la nave por atracción gravitatoria. Sin él, la MGS seguiría su actual trayectoria y se perdería.
Los cálculos indican que la nave quedará en una órbita muy elíptica del planeta, con una distancia máxima de 56.000 kilómetros y una mínima de sólo 300 kilómetros. Esta órbita no sirve para nada y se trata de que la nave de vueltas alrededor del planeta circularmente sobre sus polos a unos 400 kilómetros de altura. Tradicionalmente, esta maniobra se hace encendiendo nuevamente el cohete durante cortos lapsos dé tiempo en el lugar más bajo de la órbita.
Frenado
Sin embargo, la MGS, una misión relativamente barata, no lleva suficiente combustible para esto, así que los ingenieros quieren utilizar el aerofrenado, que significa que la nave será frenada por, la atmósfera marciana, a lo largo de varios meses, hasta alcanzar la órbita circular deseada, en, altura y en orientación, en marzo de 1998.
Para que el aerofrenado funcione bien, la nave deberá estar a una distancia precisa de la superficie -entre 105 y 110 kilómetros- lo que hará necesarios continuos pequeños ajustes de la órbita ya que entre otras cosas, no se conoce bien la densidad del aire a esa altura y las condiciones meteorológicas pueden cambiarla a lo largo de los próximos meses.
Con un coste total de 23.000 millones de pesetas, la misión se ha hecho, entre otras cosas, con los restos de material procedente de la misión Mars Observer, una nave también de la NASA que se perdió pocos días antes de alcanzar el planeta en 1992 por causas todavía desconocidas. La MGS, sin embargo, está todavía en perfecta buena forma y los técnicos se mostraron ayer muy optimistas sobre el éxito de la misión. Existe un pequeño problema con el despliegue de un panel solar, que se atascó en una posición distinta de la óptima, pero no parece representar una amenaza.
Una vez en su órbita correcta, la Surveyor dará una vuelta a Marte cada dos horas, en sincronía con el Sol para permitirle observar los accidentes geográficos. Cuando termine su misión cartográfica, dentro de casi dos años terrestres (un año marciano) será utilizada durante tres años más como repetidor para otras misiones que llegarán al planeta en los próximos años.
Los científicos estarán, pues, durante un año marciano recogiendo los datos sobre la superficie y la atmósfera del planeta que luego se traducirán a mapas con datos sobre todas las estaciones del año. Se estudiará la topografía, la composición mineral, la atmósfera y el interior del planeta. "Esta misión tiene la capacidad potencial de revolucionar completamente nuestra comprensión de Marte", ha señalado Bruce Jakosky, físico de la atmósfera y miembro del equipo de la MGS.
Los instrumentos de que dispone la nave para extraer lo datos son seis: una cámara de alta resolución, un espectrómetro de emisión térmica, un altímetro láser, un magnetómetro, un experimento para comunicaciones por radio y un repetidor de comunicaciones.
El agua
Los científicos esperán que el espectrómetro permita conocer los ciclos, estacionales del agua en Marte. Se podrá saber continuamente la cantidad de agua presente en la atmósfera y las fuentes y sumideros de agua en la superficie del planeta y por debajo de ella, incluyendo los casquetes polares. "El agua es el objetivo principal de la exploración de Marte", ha añadido Jakosky. La superficie del planeta, ahora fría y seca, muestra, como han confirmado las imágenes enviadas por la Pathfinder, signos de haber sufrido enormes nadas e inundaciones. "Parece que existe todavía mucha agua bajo la superficie. Cuánta queda todavía y dónde se ha ido el resto es objeto de un gran debate".
Y además del agua, la Surveyor permitirá saber si existen focos de calor todavía en Marte, actividad volcánica y posiblemente lugares calientes que pudieran albergar alguna forma de vida. Sin olvidar la alta resolución de su cámara que permitirá observar detalles de sólo un metro en la superficie.
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