_
_
_
_
Tribuna:CRÓNICAS
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La vieja amiga

Juan Cruz

Es un consejero, un benefactor, un hombre sensato. Ha inaugurado el otoño con una buena noticia, que le junta con otros colegas suyos en la rememoración de un tiempo terrible, feliz e inolvidable. Cuando venía a Madrid, desde Barcelona, como un joven abogado del Estado que también escribía poemas, le recibía su amigo Juan Benet, que le gritaba:-¡Alberto, vamos al Supremo, a por tabaco!

Rosa Regás, la escritora y editora, amiga común de los dos, que es quien ha contado esta benetiana, dice que Alberto Oliart sonreía como sonríe ahora, amable y prudente, ladeando la cabeza como si le pesara en ese momento para este lado. Se diría que su rostro, que a veces tiene barba y que podía haber sido ensombrecido por tanto avatar como tiene la vida, disfruta del peso amable de esa sonrisa, que acaso revela también un modo de ser, y de estar. Ahora le acaba de dar un jurado muy prestigioso el Premio Comillas que convoca la editorial Tusquets, cuya insistencia en la publicación de memorias habría que premiar a su vez, pues contribuye a que se atenúe la pasión olvidadiza de nuestro País, a la que precisamente ha aludido Oliart a la hora de referirse a la ambición de su obra. Libros aparecidos bajo este signo, como la hermosa memoria de Manuel Azcárate o el escalofriante relato (La escritura o la vida) de Jorge Semprún, son compañías a las que Oliart ahora se suma.

Siempre le hemos visto haciendo algo por los otros, en público y también en silencio; con esta última voz, Oliart ha sido quien más ha insistido para que se perpetúe el ejemplo y la memoria de amigos suyos barridos por la desgracia del tiempo y que fueron no sólo íntimos confidentes de su vida sino también seres a los que prestó ese consejo discreto que muchas veces se oculta tras aquella sonrisa pausada que define su rostro. No se sabe, claro, qué contará en su libro de memorias, pero no cabe duda de que se las debía a su generación, a los que hemos venido luego e incluso a sí mismo, pues las memorias reedifican y, comprenden y seguro que este gesto suyo de recordar servirá a los, otros para recordarse mejor. Él ha sido y es un gozne importante de aquel grupo imprescindible de ciudadanos inteligentes que sufrieron prácticamente durante toda su vida la sombra de la dictadura. Acaso por eso mostraron siempre tan desaforado amor a la vida, y tantas veces un amor perturbado por la libertad. Esa generación, por supuesto, fue cruzada además en su infancia por las mayores contradicciones de que ha sido capaz este país dividido por la mezquindad civil, y lo que ayuda sin duda a afirmarse más en la certeza de que la democracia y la libertad se conquistan cada día en medio de los rescoldos del fascismo latente.

Dice él que por esta última convicción se metió en política, y se diría, observando su hoja de servicios, como persona privada y como ciudadano, que ese gesto suyo fue también una obra de desprendimiento, una obligación de cumplimiento, como diría Jesús Aguirre. Es seguro que por este avatar azaroso de la política pasó como tenía que pasar, como un personaje ejemplar,, dedicado a su trabajo como si ése fuera su oficio de siempre, cuando en realidad es, sobre todo, un poeta que guarda sus versos como si fueran susurros secretos.

Ha dicho una bella frase sobre su regreso a la vocación principal: este libro que ha escrito "es un reencuentro en la parte final de mi vida con una vieja amiga, la literatura". La vieja amiga que jamás abandona, y que se queda con nosotros más allá de la propia conciencia de lo que es la literatura para convertirse en la parte de acá de los sueños; esta gente -Oliart, Barral, Caballero Bonald, Angel González, Jaime Salinas, José María Valverde, Jaime Gil de Biedma, Marcé, Benet, Hortelano, los que han hecho memorias, los que aún están en ello -ha estado signada por esa relación benéfica con la vieja amiga. Para fortuna de todos a gran parte de ellos esa vieja amiga les ha llevado por el camino de los recuerdos, y entre ellos han construido un fresco de cuya densidad se deriva también una historia diferente de este país.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_