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54º FESTIVAL DE VENECIA

Elisabeth Shue: "Es la obra maestra de un verdadero genio"

"En el escenario, la trama era siempre un misterio. Woody nos detallaba sólo nuestro propio papel y hasta el final ninguno de nosotros conoció el de los demás. Teníamos una vaga idea de lo que sucedía en la película. Eso le restaba importancia a cada personaje, porque lo que contaba en realidad era el resultado final: la obra maestra de un verdadero genio". Elisabeth Shue expresa así su admiración por Woody Allen, que con su nuevo filme, Deconstructing Harry, le ha dado la oportunidad de subir un escalón más en su fulminante carrera. Shue interpreta a Fay, una escritora principiante que pierde la cabeza por el gurú de las letras, Harry: "Casi me desmayo cuando supe que en la primera secuencia debía besar al propio Woody. Y eso me sedujo", afirma.Para Shue, el haber trabajado con el cineasta neoyorquino ha sido más que satisfactorio. "Cada uno de nosotros crece con un mito y Allen es la encarnación del mío. Me enamoré de él por su profunda habilidad como guionista. Es profesional y honesto, ocurrente y, a la vez, tímido. Compartir momentos de su sabiduría fue para mí fuente de gran inspiración y de enriquecimiento, no sólo en el arte, sino también en el aspecto humano".

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Improvisación

Como Muriel Hemingway en Manhattan y Juliette Lewis en Maridos y mujeres, Shue vuelve a entrelazar, en esta última entrega de Woody Allen, el amor de la joven protagonista y las influencias literarias de un hombre mayor. "Woody jamás me habló de papeles análogos", se defiende enseguida. "El sólo busca experiencias nuevas, frescas, sin horizontes, con infinitas posibilidades de improvisación. Cada una de estas historias son tan diferentes entre sí como su relación con nosotras. Me siento orgullosa de ser parte de su amplia galería de actrices".

Shue logra traslucir con fuerza en la gran pantalla su extrema sensualidad. Y es capaz de seducir a cualquiera con su gama de papeles, desde la candorosa niñera en Adventures in babbysitting hasta la sensible prostituta de Leaving Las Vegas, que le valió una candidatura al Oscar. "Los cambios te hacen madurar. Además, hacer de prostituta es maravilloso. Te da libertad de mostrar tus lados más oscuros y de vivir en contacto con tu propia sexualidad y tu vulnerabilidad. El problema es abandonar después a este personaje, y que te lleva a vivir emociones demasiado fuertes".

Embarazada de seis meses, Shue acaba de dejar atrás una etapa difícil: "Los recuerdos de mi pasado, el divorcio de mis padres y la muerte ante mis ojos de Will, mi hermano menor, me habían empujado a un abismo en mi carrera. Ahora he vencido a mis ansias".

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