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El primer ministro de Japón, indignado por la fuga nuclear

Hashimoto responsabiliza al ente estatal de energía atómica

El primer ministro japonés, Ryutaro Hashimoto, calificó ayer con un furioso "increíble" la fuga radiactiva de baja intensidad que se produjo el martes en el almacén de la central nuclear japonesa de Tokai, 115 kilómetros al noreste de Tokio. Hashimoto criticó a la Agencia de Ciencia y Tecnología y a Donen, organismo público encargado de la gestión de las plantas nucleares, por el incidente.

"Es increíble que Donen desoyera la advertencia presentada tras la inspección que llevó a cabo la Agencia de Ciencia y Tecnología en 1982", criticó ayer el primer ministro japonés, Ryutaro Hashimoto. El escape radiactivo tuvo lugar el martes en la central nuclear de Tokai -provincia de Ibaraki- a unos 115 kilómetros al noreste de Tokio, debido a la corrosión por humedad de varios bidones que contenían residuos atómicos de baja radiación y estaban almacenados sin ninguna medida de seguridad desde 1967.La Agencia de Ciencia y Tecnología descubrió ya en 1982 el mal estado del almacén y exigió a Donen -organismo público encargado de gestionar las plantas nucleares- que tomara medidas inmediatas para su limpieza. La orden fue desoída, lo que permitió el vertido continuo de diversas sustancias radiactivas, como el uranio, durante años. Las deficiencias en el sellado del almacén subterráneo favorecieron la entrada constante de agua de lluvia, hasta alcanzar unos 2,5 metros de altura y cubrir parte de los bidones.

"Si realmente no había ningún problema, Donen debería haber informado sobre la seguridad del almacén. Si aceptaron la advertencia, deberían haber informado del resultado de la inspección", declaró Hashimoto.

El primer ministro japonés indicó también que la Agencia de Ciencia y Tecnología no hizo un seguimiento de su propia advertencia.

Si bien las consecuencias del escape del martes no han sido todavía evaluadas, un análisis inicial del agua indica la presencia de uranio con un nivel de radiactividad 10.000 veces superior al límite de seguridad.

Sin embargo, portavoces de Donen manifestaron que la radiación no ha superado los límites del recinto de la planta, ni causado problemas de salud a los trabajadores. Donen justificó el abandono de la basura nuclear afirmando que tenía previsto trasladar los 2.000 bidones -de 200 litros cada uno- a una planta de procesado que se terminará de construir la próxima primavera.

El anuncio del escape ha desatado en Japón inmediatas críticas contra Donen, protagonista en los últimos años de numerosas negligencias, provocando accidentes, ocultaciones y falsificaciones de información sobre seguridad atómica.

En los últimos dos años Japón ha sufrido numerosos accidentes nucleares de los que sólo unos pocos han saltado a la luz pública. El número exacto se desconoce todavía debido a la permanente desinformación. En marzo pasado se produjo en Tokai una explosión en un almacén de residuos, que afectó a 35 trabajadores.

El Gobierno japonés tiene previsto disolver Donen y sustituir este organismo por un nuevo sistema de gestión y control nuclear. El presidente de Donen pidió ayer públicamente perdón.

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