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Petirrojos

Manuel Vicent

El petirrojo es un pajarillo ingenuo que pasa los veranos en el norte de Europa, allí donde se respetan todos los derechos, incluido el de los petirrojos. Acostumbrados a convivir con personas tan civilizadas, los petirrojos suelen tomarse ciertas confianzas: bajan a los jardines, entran en las cocinas y pican en el mismo plato de los propietarios. Cuando en otoño vuelan hacia España en busca de las charcas templadas del sur, al principio también se acercan sin temor a los ciudadanos, ignorando que aquí a la gente le gustan mucho los pajaritos fritos, de modo que al mínimo descuido se ven en la cazuela. ¿Por qué será que algunos socialistas me recuerdan a los petirrojos? La derecha dejó que penetraran en su cocina y hoy están en la sartén. Ahora que la derecha se ha aposentado en el poder político y ha entrado a saco en los medios de comunicación, en los negocios y fiscalías, se ve qué clase dé ingenuos petirrojos eran los socialistas pese que muchos de ellos nos parecían duros, cínicos y voraces a causa de la corrupción. Sigo creyendo que no sabían robar: prueba de ello es que los pillaron enseguida. Imagino el gozo que experimentaría la derecha cuando vio que algunos de estos petirrojos bajaban a su jardín privado y dando saltitos confiados se acercaban a la cocina. Alguien daría la orden: dejadles que piquen en nuestro plato. Aquellos escándalos del Gobierno socialista ofendieron y desmoralizaron a muchos votantes de la izquierda, pero, contemplados ya a cierta distancia sus desmanes, producen incluso ternura si se les compara con las certeras dentelladas que da la derecha: te arrancan una pierna, pero siempre bajo notario. Ya lo decía Humphrey Bogart: las personas se dividen en profesionales y no profesionales, de modo que si buscas un buen asesino, fontanero, poeta, violinista, ladrón, político o cocinero, contrata siempre a un profesional y no a un aficionado, nunca a uno de esos petirrojos que entran en la cocina sin saber que allí les están preparando el propio sofrito.

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Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

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