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Entrevista:

"Sería capaz de pasear desnuda por Nueva York"

El rostro de Sharon Stone está relajado, más luminoso que nunca. Por primera vez en sus 15 años de carrera, la rubia más deseada del cine se ha olvidado del escándalo y del éxito que acompanan a partes iguales a sus películas y se ha dedicado a descansar. "¡Quince meses! Nunca había estado tanto tiempo separada de las cámaras. Me sentía tan extraña volviendo a trabajar. Tengo todos los pánicos de una actriz en paro. Es casi como empezar de nuevo. No sabía si sería capaz de memorizar mis frases", explica jubilosa, satisfecha ante los efectos que percibe en su ánimo esta baja voluntaria y que le hace estar deseando ser llamada al plató en el rodaje de Sphere, película que dirige Barry Levinson, basada en la novela de Michael Crichton.A punto de cumplir los 39 años, Sharon Stone necesitaba descansar. "Llegó un momento en el que me había metido tantas veces en el pellejo de otras mujeres que me había olvidado de quién era yo", recuerda esta mujer nacida en Meadville, Estado de Pensilvania, localidad en la que ganó un concurso de belleza, antes de emprender lo único que, en su opinión, podía hacer cualquier joven en ese remoto pueblo: marcharse.

Luego vino una carrera con cerca de una veintena de títulos, incluida su primera aparición ante las cámaras en Stardust memories, donde Woody Allen la escogió como la guapa rubia que entrevé durante un segundo. El resto estuvo lleno de películas de serie B hasta su famoso cruce de piernas de Instinto básico. "A partir de- entonces, « y por primera vez en mi vida, tuve la oportunidad de trabajar con buenos directores", recuerda, "y tanto me quise aprovechar de esa oportunidad de crecer y aprender que no quería dejar de trabajar nunca, hasta que me di cuenta de que me estaba quernando".

En medio de este frenesí laboral, Sharon Stone realizó la que considera su mejor película, Casino. "Es la única de mis películas que vería una y otra vez. Sería capaz de ir hasta Nueva York andando con tal de volverla a ver". Martin Scorsese le hizo ganar el reconocimiento, tanto de los críticos como de sus compañeros de profesión, que la obsequiaron con una candidatura al Oscar. También hizo algunos de sus peores trabajos, como El especialista, que rodó con Sylvester Stallone y donde quedó demostrado que Sharon Stone era capaz de dar fuerza incluso a una mala película. "Pero la peor que he hecho, la que es realmente mala, es Acosada. Nunca la he visto y no tengo ninguna gana de hacerlo. En El especialista..., digamos que hice mucho ejercicio con Sly [Stallonel]". Stone es consciente de la atracción sexual que genera a su alrededor. Por algo figuró entre las 10 modelos más importantes de la agencia Ford.

"Puedo meterme en una película taquillera en cuanto quiera", afirma con gesto pendenciero, intentando explicar que ésa no es su meta. "Me dijo Sean Penn en una ocasión: '¿Por qué no les dices que te besen de una vez ese culo tan taquillero que tienes?' Claro que, de vez en cuando, necesito hacer una película que gane mucho dinero y haga que los estudios se arrodillen ante mí y me dejen hacer lo que quiera".

A su mesa llegan continuamente guiones similares al de Instinto básico, pero, en su opinión, ninguna de estas ofertas le permitiría seguir aprendiendo a interpretar. Con un caché que, según informaciones publicadas en la revista Entertainment Weekly, ronda los 10 millones de dólares (unos 1.570 millones de pesetas) por película, Sharon Stone asegura que ha rechazado ofertas de 14 millones de dólares y que ha pedido 20 "y un buen guión" como condiciones previa! a la posibilidad de rodar la segunda parte de Instinto básico.

"Llegó un momento en que me sentí desbordada y decidí tomarme un descanso". Ese momento coincidió con el rodaje de Las diabólicas, nueva versión de la película clásica francesa de cuyo rodaje intentó zafarse sin éxito. "Cuando llegó el momento de filmar Las diabólicas me di cuenta de que no tenía ninguna gana de seguir delante de las cámaras... Entonces me di cuenta de que había ido demasiado lejos. Estaba desesperada. No quería trabajar. Estaba tan sobrepasada por todo que no podía meterme en el pellejo de ningún otro personaje".

Desde entonces, y durante 15 meses, la actriz se ha dedicado a decorar su casa -una mansión que compró en Los Ángeles hace varios años, pero en la que sólo había vivido hasta ahora nueve días-, a ver a sus amigos y a disfrutar de su familia. Además de cultivar su afición a la decoración, Sharon Stone ha tenido tiempo para decidir nuevos pasos que seguir y, desoyendo los consejos de sus agentes, de rechazar proyectos como el que hace poco le ofreció Oliver Stone. La actriz prefirió lanzarse de nuevo bajo los focos con una historia de ciencia-ficción, en la que interpreta el personaje de una bióloga especialista en fauna marina y miembro de una expedición que investiga la aparición de una nave extraterrestre en el fondo del océano Pacífico, donde se supone que lleva sumergida 300 años. Lo cierto es que Barry Levinson no había pensado en ella para un reparto del que también forman parte Dustin Hoffinan, Samuel L.Jackson y Peter Coyote.

"Tuve que ir a ver a Levinson e interpretar para él unas cuantas escenas en el salón de su casa", dice Sharon Stone, que no se avergüenza al admitir que persiguió este papel como si fuera un perro de presa; incluso llegó a comentarle a Levinson la utilidad que tendrían sus servicios como socorrista diplomada en un rodaje como el de Sphere, donde hay muchas escenas bajo el agua, que se rodarán en instalaciones de la antigua base naval de Mare Island, en Vallejo, California. "¡Qué puedo decir de esta película! Un guión maravilloso sobre un asunto fascinante, escrito por un autor de excepción, filmado por uno de los mejores directores y con un reparto inmejorable. ¿Cómo me iba a perder una oportunidad así?"

Con un corte de pelo casi militar y un equipo de buceo de más de 70 kilos de peso, la imagen de Sharon Stone en esta película dista mucho de la que conocemos por sus anteriores trabajos. Entre bromas, la actriz proclama su fastidio por no poder lucir en Sphere una minúscula braguita y una camisa entallada, como Sigourney Weaver en Alien. También se queja de falta de sexo en la trama de la película. "Nadie diría que soy una mujer encerrada en un minúsculo batiscafo con cuatro hombres", se ríe. El tono de broma es más que evidente porque, a estas alturas de su carrera, Sharon Stone proclama que siente la misma libertad actuando embutida en un traje de buzo que como Dios la trajo al mundo. "A estas alturas, sería capaz de pasearme desnuda por Nueva York tan tranquila", dice acentuando su sonrisa irónica. "No es que en esta película el traje sea muy sugerente", añade, "pero debo decir que puede llegar a ser tan incómodo como rodar desnuda. Todo el mundo está pendiente de mí, porque no puedo entrar o salir del traje, ni siquiera para ir al baño, a menos que alguien me ayude... La única ventaja es que me puedo atiborrar de pasteles de chocolate sin que nadie se de cuenta". Le preocupan mas esos pequeños detalles que le ayudan a construir el personaje.

Cuando concluya el rodaje de Sphere, Sharon Stone se enfrascará en nuevos proyectos, algunos de próximo estreno, como Freak the mighty, filme que ella misma produce con Harvey y Bob Weinstein, dueños de Miramax. "Me ofrecieron hacer de madre y no es éste un personaje que llame a mi puerta todos los días", reconoce la actriz, que se ha muerto en las películas en 16 ocasiones y que confiesa que "le gustaría hacer el amor un poco más en mi casa y menos en la pantalla".

El trabajo en Freak the mighty, sólo le llevó 10 días, tras los que volvió a incorporarse al rodaje de Sphere. Después hincará el diente a otro clásico del cine: la nueva versión de Gloria, película que escribió y dirigió John Cassavetes. Sharon Stone interpretará el personaje creado por Gena Rowlands. "Lo primero que hice fue irme de copas con Gena y le pedí su opinión", recuerda. Recibió una respuesta estimulante, "¿Qué problema hay?", dijo Gena Rowlands, "¿no vuelven una y otra vez sobre Shakespeare y la gente dice que está bien? En todo caso, para mí será un honor". En esta ocasión, el cómpañero de reparto no puede ser más pequeño: un niño de seis años.

Sharon Stone tiene el ojo echado a un gran proyecto de cine de aventura, que rompe a su juicio con los estereotipos de la figura del héroe. Lo espera hacer el próximo año, aunque prefiere no dar más explicaciones para que no se le gafe. También ayuda a Peter Coyote, compañero de reparto en Sphere, a encontrar financiación para dirigir un filme de presupuesto pequeño, que ella protagonizaría. Y sueña con hacer una comedia. "Tengo 39 años y nunca me he sentido mejor", afirma con aire triunfal. "Creo que he tenido esta edad toda mi- vida. Mi mejor amigo, en tiempos de la Universidad, se murió en un accidente de coche. Ocurrió el año de nuestra graduación y creo que desde ese día nunca he vuelto a ser joven. Siempre he tenido 39 años y ahora que realmente los tengo me encuentro a gusto". Avalan su satisfacción las primeras palabras que escuchó a Dustin Hoffman, al que considera uno de los actores más atractivos: "El primer día que coincidimos en el rodaje me miró y me dijo que sería una estupenda Mrs. Robinson. Fue dernasiado".

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