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El jefe de las fuerzas aéreas de Rusia exculpa a los astronautas de la 'Mir'

La nueva tripulación realiza su primer trabajo de reparación de la estación espacial

"Ni el jefe supremo del Ejército [el presidente Borís Yeltsin] ni yo mismo dejaremos que se haga responsable al cosmonauta Vasili Tsiblíyev". Así defendió ayer el jefe de la fuerzas aéreas rusas Piotr Deinekin al comandante que ha sufrido, al mando de la estación espacial Mir, los más graves contratiempos de su historia. Pero todavía debe pronunciarse la comisión de investigación. Mientras tanto, a bordo de la Mir las cosas también parecen mejorar. La nueva tripulación hizo ayer su primera maniobra fuera de la estación y sus primeras reparaciones sin contratiempo alguno.

Una primera investigación sobre los incidentes "nos impide acusar a los cosmonautas, muy cualificados y con una actitud valiente", señaló ayer Deinekin en rueda de prensa. Después añadió: "Hay que analizar también la postura de las autoridades que dirigían la misión espacial desde la Tierra". Las conclusiones de la investigación, según Deinekin, no estarán disponibles antes de dos semanas.Estas declaraciones, no obstante, son un balón de oxígeno para los dos astronautas rusos que regresaron el jueves a la Tierra, Vasili Tsiblíyev y Alexandr Lazutkin, que llegaron a la Mir en febrero pasado y en el espacio han vivido choques, incendios y averías diversas.

Ahora, las cosas en órbita han comenzado a ir mejor desde que a la Mir llegaron Anatoli Soloviov y Pável Vinográdov: después de haber logrado reparar la noche anterior el sistema de generación de oxígeno Elektrón, ayer los rusos, acompañados del astronauta de la NASA Michael Foale, realizaron sin problemas el paseo en la nave Soyuz TM-26 alrededor de la estación, que filmaron, y efectuaron el reacoplamiento en el atracadero más cercano al módulo Spektr, el que quedó averiado en el accidente del pasado 25 de junio.

La operación realizada ayer tenía varios fines. El primero es dejar libre el atracadero donde se encontraba la Soyuz, para permitir a la nave de carga Progress M-35 -que desde hace una semana está girando autónomamente alrededor de la Tierra en una órbita, 10 kilómetros más abajo que la de la Mir- reacoplarse el domingo en el lugar donde antes se encontraba. El segundo es que Foale filme y Vinográdov fotografíe la estación orbital, y el tercero acoplar la Soyuz lo más cerca posible del Spektr, para que, en caso de que las cosas salgan mal los cosmonautas puedan llegar rápidamente a la nave y escapar en ella.

El Spektr tiene un agujero en su casco y el miércoles Soloviov y Vinográdov entrarán dentro. Como está despresurizado, será lo mismo que salir al espacio abierto. Por eso tendrán que ponerse los trajes especiales rígidos Orlán, en los cuales no es muy fácil trabajar. Al abrir la escotilla que separa a la Mir con el Spektr, los cosmonautas se enfrentarán a dos amenazas inmediatas: gases tóxicos que puede haber en el módulo y objetos volando en la ingravidez. Estos últimos son especialmente peligrosos, ya que si por casualidad llegan a hacerle un agujero en el traje de un astronauta, eso podrá significar la muerte de éste.Mientras los rusos estén realizando estas arriesgadas labores, Foale se encontrará en la nave Soyuz listo para escapar en caso de emergencia.

Antes del paseo de ayer, los cosmonautas apagaron el sistema de generación de oxígeno Elektrón para bajar el consumo de energía de la estación durante el desacoplamiento y porque el sistema sólo puede ser apagado por la tripulación y en caso de que hubiera habido un accidente durante el paseo nadie hubiera podido desconectarlo después.

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