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China y EE UU trabajan para construir una nueva era en sus relaciones

Funcionarios y políticos norteamericanos preparan estos días en Pekín la cumbre entre Jiang Zemin y Bill Clinton, prevista para finales de octubre en Washington, que debe marcar el inicio de una nueva era en las relaciones chino-norteamericanas. Será la primera visita de un líder chino a Estados Unidos desde los sangrientos sucesos de Tiananmen en 1989. Clinton viajará, a su vez, a China a comienzos del año próximo.

Jiang señaló durante un encuentro el pasado fin de semana con el nonagenario senador norteamericano Strom Thurmond, que la mejora de las relaciones bilaterales beneficia a la paz, estabilidad y desarrollo de la región y del mundo. Añadió Jiang que la visita de Thurmond, contribuye al entendimiento entre los dos países, que tienen responsabilidades en el mantenimiento de la paz y estabilidad mundial.El presidente chino indicó que las relaciones han mejorado desde principios de año, con intercambios en todos los sectores, además del comercio y cooperación económica y agregó que Pekín está dispuesta a trabajar con Washington para consolidar una relación estable y sana a largo plazo orientada al siglo XXI.

Thurmond dijo que las diferencias que existen entre los dos países no deben obstaculizar el desarrollo de sus relaciones y agregó que la visita de Jiang a Estados Unidos será un acontecimiento histórico que abrirá una nueva era en la cooperación bilateral. El veterano senador también se reunió Con Qiao Shi, presidente del Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular (el órgano legislativo), quien señaló que China nunca supondrá una amenaza para Estados Unidos.

Por otra parte, en una reunión del comité ejecutivo del Consejo de Estado (el órgano de gobierno chino) presidida por el primer ministro, Li Peng, a principios de mes, China aprobó el borrador de la primera regulación sobre el control de las exportaciones nucleares para prevenir la proliferación de armas nucleares y proteger la seguridad nacional. La regulación se presentará al Consejo de Estado para su aprobación.

China se incorporó al Tratado de No Proliferación en 1992, pero Estados Unidos le ha acusado de exportar a Irán y Pakistán tecnología y material nuclear que podrían haber sido usados para desarrollar armas. Un grupo de 62 miembros del Congreso de Estados Unidos se opuso este mes, en una carta a Clinton, a la puesta en marcha del acuerdo de cooperación nuclear firmado con China en 1985, porque Pekín no ha cesado la proliferación de armas nucleares a países como Irán o Pakistán. Según el escrito, China vendió el año pasado 5.000 anillos magnéticos a Pakistán para su uso en un centro de enriquecimiento de uranio.

Dicho acuerdo, en caso de aplicarse, permitiría a empresas estadounidenses vender plantas nucleares a China, algo que sin duda aprueban los fabricantes en Estados Unidos, ya que en ese país no se ha construido una planta nuclear desde hace años. Estas compañías buscan abrir mercados en China, Japón, Taiwán y Corea del Sur para vender su tecnologia.

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