Veto a las mujeres en la presentación del futuro centro islámico malagueño

Las periodistas que el pasado lunes asistieron al acto de la primera piedra de la mezquita de Málaga estaban pasmadas. No podían entrar al solar por ser mujeres. Mientras a sus compañeros varones no se les ponía trabas, ellas no podían ni colocarse en la acera por donde debía entrar el príncipe saudí Abdulaziz Bin Fadli a presidir la ceremonia.Los políticos malagueños también se mostraron sorprendidos con el protocolo, justificado en el carácter religioso del acto, aunque algo se debían de temer: ninguna concejal acudió. La alcaldesa, Celia Villalobos (PP), estaba de vacaciones. Las reporteras esgrimieron su derecho a no ser discriminadas. Tras media hora y por mediación del cónsul de Arabia Saudí, Mohamed Bashir Kurdi, la embajada concedió autorización para que entraran. Con una condición: ponerse al final de la carpa.

Mohamed Bashir Kurdi intentó quitar hierro argumentando que muchos de los presentes no habían estado en España, y prometió que la mezquita "estará abierta a todos". El centro cultural islámico, segundo en España tras el de Madrid, ha estado precedido por la polémica. Desde la oposición se ha cuestionado la "falta de transparencia": el solar, en pleno centro, era de propiedad municipal.