Luis Alberto de Cuenca predice la vuelta del teatro poético

El director de la Biblioteca Nacional, el poeta Luis Alberto de Cuenca, pronosticó ayer las futuras tendencias del teatro: "El teatro poético regresará, ya está haciéndolo, para destronar el drama actual, que está anclado en un realismo persistente".

De Cuenca pronunció ayer una conferencia titulada El teatro y la poesía, dentro del curso El teatro y su entorno- que la Universidad Complutense programa estos días en San Lorenzo de El Escorial. Por otra parte, José Monleón, director del Instituto Internacional de Teatro del Mediterráneo, esbozó un análisis crítico de la crítica teatral.

"El teatro poético, en verso, es una constante que persiste hasta el siglo XVIII. Pero a partir del siglo XIX arrancan las nuevas formas del realismo en el teatro", explicó Luis Alberto de Cuenca. "En España fue a partir de la generación de Benito Pérez Galdós cuando se comenzó a adaptar el teatro a la vida real. El drama imita, a partir de entonces, lo cotidiano, en un efecto mimético", añadió. "Pero el teatro del siglo XXI supondrá una vuelta a la ficción. La gente lo pide así. Se saldrá de ese efecto mimético y la escena volverá a encontrarse con la poesía".

Para De Cuenca "siempre es posible el teatro poético", y matizó que "la poesía no es sólo sonetos, sino que hay una poesía que discurre en paralelo, que se adapta a las exigencias de fin de siglo". Para reforzar esta tesis, De Cuenca puso como ejemplo dos películas del cine actual: "Por un lado, la película británica Hamlet, de Kenneth Branagh, largometraje de cuatro horas que no ha aburrido al público, y El perro del hortelano en España. Son dos películas en verso que han logrado alcanzar el éxito y que todo el mundo entiende".

Críticos sin censura

Por su parte, José Monleón, crítico teatral, trazó las líneas a seguir por la crítica actual, tal y como se encuentra en la España de hoy, "distinta de la del franquismo", época en la que Monleón empezó a hacer crítica teatral y le llevó a ejercerla en las revistas Primer Acto y Triunfo. En aquel tiempo, recuerda Monleón cómo los críticos sorteaban a los censores, "que se dejaban engañar y que les decían: 'ya me he dado cuenta de lo que quieres decir, no creas que me has engañado'. Eran por entonces una minoría los críticos teatrales de ideología progresista".Para Monleón, "el siglo XXI será el del amor entre las diferencias". Explicó su afirmación así: "Frente al criterio homogéneo de la crítica, se antepondrá uno plural, en el que cada escritor proyecte sus propios sentimientos, su risa, su llanto ..." Monleón definió la figura del crítico teatral como "una persona con una norma propia y cierta facilidad para transmitir a la gente lo que ha visto en la obra".