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Reportaje:

"Cuba no dejo abandonado al Che"

"Nunca pensé que no volvería a ver al Che", dice 30 años después de su muerte el comandante cubano Manuel Piñeiro Losada, más conocido como Barbarroja. Piñeiro, quien en 1966 y 1967 fue el responsable de la logística de la operación guerrillera de Bolivia, asegura que "la misión" fue preparada meticulosamente por el propio Ernesto Che Guevara y que Cuba, "hasta donde fue posible, garantizó todas las condiciones necesarias para desarrollar la lucha". "Cuba no dejó abandonado al Che", afirma.Al ser preguntado por la traición del secretario general del Partido Comunista de Bolivia, responde: "Si Mario Monje hubiese cumplido con los acuerdos establecidos con la dirección de la revolución cubana y hubiese apoyado al Che, con seguridad la situación de la guerrilla hubiese sido más favorable"., No obstante, señala, algunos militantes de base del PCB se sumaron a la guerrilla del Che.

Piñeiro, de 64 años, era ex viceministro primero del Interior cuando murió Ernesto Guevara a manos del Ejército boliviano, y rechaza categóricamente la versión de que el Gobierno cubano lo dejó solo en Bolivia cuando pudo haberlo rescatado. "El que sepa algo de lucha guerrillera conoce que, en una primera etapa, una columna de combatientes depende de sus propias fuerzas y está obligada a desplazarse constantemente para evitar las emboscadas del Ejército enemigo, máxime si está en desventaja con éste", asegura Piñeiro en una entrevista con EL PAÍS, que coincidió con la publicación de una edición especial de revista Tricontinental, en la que él habla por primera vez del Che.

Según Piñeiro, en la fase inicial de supervivencia "la guerrilla depende de sus propias fuerzas y del respaldo que puedan brindarle las redes urbanas, las cuales en aquel momento ya habían sido golpeadas. No era posible enviar, como dice algún biógrafo crítico, un refuerzo militar".

"¿Qué querían?

¿Que mandásemos una división aerotransportada para invadir Bolivia?"

Piñeiro también rechaza la tesis de que el Che salió de Cuba por conflictos políticos con Fidel Castro. "El Che siempre fue fiel a Fidel, pero desde el primer momento, antes de 1959, dejó claro su deseo de Ilevar la revolución a otras tierras del continente, y en especial a su país, Argentina". Recuerda que ya en 1959 el Che se compromete con el ex oficial y dirigente antisomocista Somarriba a "unirse a la lucha" en Nicaragua tan proncaragua tan pronto la guerrilla crease las condiciones mínimas en el país. Aquella operación fracasó, y allí murieron los guerrilleros cubanos Omelio Hernández y Marcelo Fernández.

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Piñeiro afirma que desde el mismo triunfo de la revolución cubana ambos se entrevistaron veces con dirigentes políticos y revolucionarios de América Latina que venían a conocer la experiencia cubana. Asegura que desde entonces el Che tenía diseñada una estrategia de lucha continental, pero que, por sus cargos oficiales en

Cuba, no podía actuar libremente. "Ya en 1965, cuando salió hacia el Congo, el Che era consciente de que el paso de los años podía convertirse en un obstáculo físico, y de ahí su premura por iniciar la lucha". Afirma que la muerte del periodista argentino Jorge Masetti, desaparecido en 1964 en Argentina cuando trataba de crear un foco guerrillero al que debía sumarse el Che, le afectó profundamente. "Lo perturbaba la idea de que mientras eso ocurría, él se hallaba aquí en una oficina".

Para él, el Che no era un idealista y su pensamiento y su ejemplo aún siguen vivos en el continente latinoamericano.

"El Che era un hombre muy riguroso en el análisis. Era un hombre con una profunda formación política y cultural. Nada que ver con aquellos que lo califican de aventurero", afirma el comandante Manuel Piñeiro. Según él, "las condiciones de dependencia económica y social que existían en América Latina cuando el Che inició la lucha, en esencia se mantienen vigentes, sin grandes cambios, por lo que sus ideas siguen más vivas que nunca y atraen cada vez a más jóvenes del mundo". "El Che no ha muerto", concluye.

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