Lo que comemos
Quiero expresar mi protesta por la calidad de los alimentos "supuestamente" frescos que es posible obtener en tantos comercios de Madrid. Carnes, pescados, verduras y frutas: tantas veces mal olor, mal color, mal tacto, mal (o ningún) sabor... son las cualidades que yo puedo apreciar. Me pregunto, ¡ay, Dios mío!, por sus cualidades nutritivas. Mis pesetas no están podridas, ni adulteradas, ni pasadas, ¡son fresquísimas todas ellas!, los comerciantes pueden estar tranquilos, no tienen que vigilar mi manera de pagar. Pero yo tengo que alargar los ojos hasta donde puedo y meter la nariz hasta donde me dejan para tratar de adivinar lo que me venden. Preguntar no me sirve, siempre está todo "buenísimo"... hasta que llego a casa, descubro el engaño, me llevo el berrinche y además me quedo sin las expectativas de comida que fui a comprar.Busco calidad, ¡quiero que no me engañen! "Somos lo que comemos", señores comerciantes: ¡ustedes son lo que venden!
Señores responsables: sean implacables. La comida es un bien de primera necesidad.-
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