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La radiación por pruebas nucleares en Nevada superó 10 veces a la de Chernóbil

Un informe de EE UU relaciona explosiones y cáncer de tiroides

La radioactividad producida por las pruebas nucleares realizadas en Nevada (EEUU), entre 1951 y 1962, fue diez veces superior a la ocasionada por el accidente de la central nuclear de Chernóbil (Ucrania) en 1986, según revela un estudio del National Cancer Institute de EE UU. Algunos científicos afirman que las emisiones pudieron provocar entre 25.000 y 50.000 casos de cáncer de tiroides, de los cuales al menos 2.500 fueron mortales.

El informe oficial revela que la exposición a la Iodina 131 fue diez veces superior a la provoca da por la explosión de Chernobil (Ucrania) en 1986. Los técnicos del instituto han llenado más de 100.000 fólios para llegar a sus concluisones. Sin embargo, estas no han sido unánimes. Su director, Bruce Walchholz, manifestó ayer que la exposición a las radiaciones no habría sido lo suficientemente alta como para in crementar el riesgo de cáncer. Walchholz se basa en otro estudio realizado en Utah, que no ha descubierto relación entre el cáncer de tiroides y las radiaciones. Robert Spengler, asesor científi co del instituto, aseguró, por el contrario, que la asociación es, cuanto menos, razonable. El informe filtrado ayer por The New York Times fue encargado por el Congreso de EE UU en 1982.El informe recomienda revisiones médicas periódicas a los que fueron niños entre 1950 y 1960.La vía principal de contaminación por Iodina 131 es la leche y afecta sobre todo a los niños porque tienen las glándulas tiroideas más pequeñas. La Iódina 131 es altamente radioactiva y se produce por la explosión de uranio o plutonio.

Mientras las radiaciones soportadas por la media de los 160 millones de habitantes que tenía EE UU en los años cincuenta fue de dos rad (medida de dosis de radiación ionizante), los ciudadanos de los Estados del oeste afectados por las pruebas nucleares habrían padecido entre cinco y 16 rad. Las radiaciones serían 10 veces superiores a estas cifras en el caso de los niños hasta cinco años de edad. Es decir, entre 150 y 160 rad. Las leyes federales para accidentes en plantas nucleares preveén que se empiecen a tomar medidas a partir de los 15 rad.

"Lo más desalentador es que esta tragedia podía haberse evitado" según Arjun Makhíjani, presidente del Institute for Energy and Environmental Research. MakhÍjani piensa que los técnicos conocían el riesgo de las pruebas y a pesar de ello no advirtieron a la población.

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