Fujimori recurre al populismo contra la crisis
ENVIADO ESPECIALBastaron tan sólo 45 minutos para que todas las expectativas se vinieron abajo. Alberto Fujimori, presidente de Perú, hizo caso omiso a la grave crisis política reinante en el país andino, y en el esperado discurso dirigido ayer a la nación con motivo del Día de la Independencia, utilizó un marcado tono populista con diversas promesas de corte económico, pero no dio satisfacción ninguna a las peticiones que desde diversos sectores reclaman más democracia y transparencia en el ejercicio del poder político.
FuJimori anunció sus proyectos para combatir la pobreza y crear empleo, dio cifras macroeconómicas optimistas, transmitió grandes dosis de autocomplacencia, pero silenció todas las demandas populares referentes a los ataques a la libertad de expresión, a las dudas de quién manda de verdad en Perú y sobre la pretensión del presidente de presentarse a la reelección en el año 2000. Sólo alteró su expresión cuando, con gran énfasis, afirmó que el poder militar está sometido al poder civil.El diario opositor La República publicaba en su portada de ayer una lista de las peticiones de los peruanos al presidente en vísperas de su discurso, que empezaba por la "renuncia expresa a la reelección el año 2000". Este fue, precisamente, el elemento que precipitó hace tres meses la crisis política, al decidir el Congreso (controlado por Fujimori) la destitución de tres jueces del Tribunal Constitucional, que habían vetado el propósito del presidente a presentarse a la reelección. Fujimori no aclaró ayer sus intenciones al respecto. Se limitó a decir: "Espero que el Gobierno que elijan los peruanos el año 2000 trabaje bien. Pensemos sólo en el éxito de Perú".
El empleo fue el caballo de batalla de todo el discurso de Fujimori. "Hace siete años [cuando asumió el poder] no había un sólo centavo en nuestras reservas. Ahora hay 10.000 millones de dólares en las reservas internacionales", empezó diciendo."Hoy hay más recursos porque ha habido un manejo técnico y honesto de la economía nacional".
Aumento general de salarios
La primera medida anunciada fue un aumento general de sueldos de los empleados del sector público a partir del 1 de agosto. "Un aumento modesto, sin maquinita", dijo, "del orden del 15%, que significa un coste adicional al presupuesto de 500 millones de soles", (unos 28.000 millones de pesetas).Fujimori enumeró otras medidas, como la creación de un fondo de ahorro para los trabajadores del sector público y jubilados, "un programa social de lucha contra la pobreza" (que cifró en un 42% de la población, y en un 18% los que viven "en extrema pobreza") y un programa de construcción masiva de viviendas para la clase media. "Construiremos 50.000 viviendas en los próximos tres años y reactivaremos el sector de la construcción".
Un seguro escolar gratuito entre los 3 y los 18 años -"una prueba más de que la gratuidad de la enseñanza no ha desaparecido y es más completa", dijo-, un programa educativo a distancia por televisión vía satélite para las zonas más alejadas -"haremos de la educación peruana la mejor de América Latina"-, aumento de los subsidios a los campesinos y reducción de impuestos, configuraron el resto de las medidas anunciadas por Fujimori, que subrayó: "Crear empleo y reducir la pobreza de manera realista es nuestro gran objetivo". Los planes que Fujimori iba desgranando eran recibidos con ovaciones desde los bancos de la mayoría parlamentaria que le apoya.
El rostro impasible de Fujimori sólo se vio alterado cuando aludió a las relaciones entre el Gobierno y el las Fuerzas Armadas. Fujimori aumentó el volumen de su voz para afirmar "de manera tajante" que "hay una conducción civil muy clara del presidente de la República y de su equipo ministerial" (grandes aplausos de los diputados oficialistas). "No ha habido ninguna injerencia de las Fuerzas Armadas en ninguno de los grandes temas. La predominancia del poder civil sobre los institutos armados es un hecho indudable". Y añadió: "En Perú hay una jefatura civil firmemente enraizada en la pacificación y la seguridad nacional". Pero no hubo ninguna alusión a las figuras de Vladimiro Montesinos, asesor presidencial, ni al general Nicolás Hermoza, jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, a quienes buena parte de la opinión pública señalan como el verdadero poder en la sombra.
Fujimori tampoco mencionó la controversia sobre su lugar de nacimiento ni la investigación periodística que asegura que nació en Japón y no en Perú. El domingo, víspera del Día, de la Independencia, celebró su 59 cumpleaños ante miles de manifestantes que, conducidos en autobuses desde diferentes puntos de Lima, le felicitaron en la Plaza Mayor.
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