Nuevos nudos a prueba de toneladas
El nudo es la parte débil de una cuerda, el punto por donde ésta siempre se rompe cuando se la somete a una gran tensión. Además, los nudos mal hechos o mal aplicados pueden deslizar y deshacerse al ser sometidos a cargas. Por eso, de su buena o mala confección puede depender la vida de una persona, máxime. si se trata de un escalador, navegante o un aficionado a deportes de aventura, actividades donde la resistencia de una cuerda de escalar o amarre puede resultar de vital importancia.Situaciones de peligro semejantes se dan con mayor frecuencia de lo que parece. "Las fibras sintéticas no retienen tan bien los nudos como las de cáñamo, sisal o pita, volviéndolos menos seguros", asegura Juan Carlos Lizama, un madrileño apasionado por los nudos. "Además, los nudos hechos en cuerdas de nailon o dacrón, a pesar de su ligereza y facilidad de manejo, se aprietan mucho más, con lo que pueden resultar difíciles de deshacer", explica Lezama, quien, como practicante de montañismo, piragüismo y escalada, conoce esos problemas: por experiencia propia. "De ahí mi interés por inventar nudos más fiables y adaptados a nuestro tiempo". Dicho y hecho; hoy, cuatro nuevos nudos de su autoría se suman a los más de 3.800 conocidos, según el Ashley Book of Knots, considerado como la Biblia en la materia. Tres de ellos acaban de pasar su prueba de fuego en el laboratorio del Departamento de Ciencia de los Materiales de la Universidad Politécnica de Madrid.
Resistencia
Tres parámetros miden las virtudes de un nudo: resistencia (cuanto, más peso resista sin romperse, mejor), deslizamiento (cuanto menos se deslice el cabo libre, menor riesgo hay de que el nudo se desate) y azocamiento (mientras menos se azoque o endurezca el nudo, mejor, pues apretado en exceso se vuelve más difícil de desatar). Tales criterios guiaron el diseño del experimento realizado bajo la supervisión del departamento citado, cuyo laboratorio se especializa en ensayos mecánicos de todo tipo; allí han medido desde la resistencia de cables de acero hasta la de pericardios vacunos usados en la fabricación de válvulas cardiacas.En está ocasión, el experimento consistió en enganchar a una máquina electromecánica de tracción los dos extremos de una cuerda de nailon de 10,5 milímetros de grosor -el tipo usado en montañismo- con un nudo náutico popular, el ballestrinque, y a continuación probar tres cuerdas iguales con los nudos de Lizama. Al tirar la máquina de cada cuerda con fuerza creciente se determinaría cuánto peso soportan sin romperse los cuatro nudos, a fin de compararlos entre sí.
Para sorpresa de los asistentes, al probar uno de los nudos de Lizama, lo primero en quebrarse fueron las anillas de duraluminio que enganchaban la cuerda al aparato. ¡La resistencia de los nudos era superior a la de las piezas de metal! Lo mismo sucedió al ensayar otro nudo: saltaron las anillas y hubo que reemplazarlas. Finalmente, los mosquetones resistieron y las cuerdas se rompieron por el nudo, cuya resistencia quedó así determinada. "Mientras el ballestrinque se rompió bajo una carga de 1.850 kilos, mis nudos se rompieron a 1.940, 2.250 y 2.260 kilos, respectivamente, un peso igual al de dos automóviles medianos", relata Lizama. (Para apreciar la prueba téngase en cuenta que la cuerda sin nudos sé rompe a 2.700 kilos).
En los demás parámetros analizados, los nuevos nudos también se comportaron de forma notable. "Para una carga de 1.850 kilos, el cabolibre del ballestrinque deslizó 60 milímetros, mientras que en mis nudos el deslizamiento se situó por debajo de los 20 milímetros", asegura. "A pesar de la carga soportada, mis nudos seguían siendo fáciles de desatar, aunque esta afirmación", admite, "es una percepción subjetiva difícil de medir". El desenlace del experimento no ha impresionado sólo a Lizama. "Los resultados han sido espectaculares; estos nudos hacen trabajar la cuerda muy cerca del límite de su resistencia", manifiesta José Miguel Martínez, Palacio, ingeniero del laboratorio que ejecutó los ensayos.
Alentado por el buen desempeño de sus creaciones, Lizama, ingeniero agrícola, comunicó su existencia a la International Guild of Knot Tyers (Cofradía Internacional de Anudadores), una institución, con base en Suffolk (Reino Unido), consagrada a la promoción del arte de los nudos y a su catalogación. Para sus tres invenciones ha propuesto los nombres de Single Hook Hitch por chicote, As de Lizama 1 y As de Lizama 2, y se ha puesto a buscarles aplicación útil. Por tratarse básicamente de nudos de amarre, les supone apropiados para usos náuticos, como remolque de embarcaciones ligeras y tareas de rescate. Por lo pronto, miembros del equipo español de la Copa de América de Vela han mostrado interés en probarlos en labores de marinería. El Single Hook Hitch, además, ha sido considerado de interés por la Escuela Madrileña de Alta Montaña, que está haciendo pruebas del mismo en situaciones reales de escalada.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.