Reyes de cualquier palo
La banda desarticulada en Fuenlabrada se ha convertido en una caja de sorpresas para la policía. Junto a la sorprendente máquina del éxtasis, los investigadores han descubierto una serie de indicios que apuntan a que esta organización se movía con soltura en todos los palos del delito con tal de conseguir los fondos necesarios para sus operaciones y caprichos. El cabecilla del grupo poseía un lujoso Masserati. Así, en un piso franco que la banda tenía alquilado junto a la plaza de Castilla, se ha descubierto numerosa documentación falsa. Se trata de decenas de carnés de conducir, pasaportes y documentos de identidad que, a juicio de los expertos, constituyen pequeñas obras de arte de la falsificación, casi imposibles de detectar sin ayuda de medios técnicos.Otro punto llamativo reside en la supuesta vinculación con los butroneros. Entre los papeles aprehendidos por la policía figuran numerosas facturas de compra de materiales propios de estos ladrones.
Éste es el caso de la perforadora con punta de diamante, una especialísima herramienta utilizada habitualmente para forzar las más resistentes cámaras acorazadas.
Pero el hallazgo más sorprendente procede de las obras de arte ocultas en el citado inmueble.
Entre ellas figuran cinco tablas robadas el 30 de junio de 1995 en Zafra de Záncara (Cuenca). Las tablas están valoradas en 50 millones de pesetas.
Más valioso aún es un retablo hallado junto a las tablas, una obra que sigue sin haber sido identificada. Fuentes de la investigación sospechan que procede del sur de Portugal.
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