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La máquina del 'extasis' iba a producir un millón de pastillas

Jan Martínez Ahrens

La máquina del éxtasis incautada el pasado sábado por la Policía Judicial madrileña en un polígono de Fuenlabrada iba a empezar a funcionar esta semana a pleno rendimiento. Sus dueños, ya detenidos, planeaban sacar el máximo provecho de este artefacto, con capacidad para producir 8.000 pastillas por hora, y lanzar este verano al mercado 1.000.000 de píldoras del amor.La banda, siempre según los primeros datos policiales, llevaba meses preparando el golpe. Durante este tiempo, para burlar el acoso policial, movieron la máquina de Guadalajara a Leganés y, de ahí, la llevaron finalmente a una nave de 20 metros cuadrados situada en el número 82 del polígono Naranjo, de Fuenlabrada.

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Durante ese periodo introdujeron en el mercado una, partida de 100.000 pastillas. Pero no era, como se comprobó más tarde, éxtasis, sino una adulteración a base de cafeína y ácidos grasos. "Esto es extremadamente peligroso. Si los jóvenes compradores hubiesen comprado esta mercancía, al no percibir el efecto deseado, habrían aumentado sus dosis. Una vez acostumbrados, con la entrada de la nueva partida, de gran pureza, hubiesen repetido esta dosis alta y, consecuentemente, habrían padecido una sobredosis", explicó el delegado del Gobierno del Plan Nacional contra la Droga, Gonzalo Robles.

Esta partida adulterada, "un timo", en palabras de la policía- no llegó al mercado. Cuando, la banda la había vendido a un distribuidor, fue interceptada por la Brigada Central de Estupefacientes. En relación con esta operación fue detenido Luis Morcillo, de 55años cuyo nombre figura en el sumario por asesinato del dirigente de HB -Santiago Brouard. Pese a la recuperación del alijo y la captura de Morcillo, dos personas lograron huir.

Con todo, las pistas abiertas por esta intervención ayudaron a la Brigada de Policía Judicial de Madrid, que llevaba tres meses tras esta banda. Este era el caso del Grupo X, especializado en robos a establecimientos, y que seguía los pasos a esta organización por su presunta vinculación a un grupo de butroneros, experto en desvalijar cámaras acorazadas con una perforadora con punta de diamante. A estos butroneros se les atribuyen varios golpes en Madrid, uno en una sucursal del BBV de Elche y otro en el depósito de drogas del Ministerio de Sanidad en Valencia.

La Policía Judicial vincula a la 'banda del extasis' con un peligroso grupo de butroneros

VIENE DE LA PÁGINA 1En este espectacular robo, cometido el 1 de enero pasado, fueron sustraídos de la cámara blindada del Ministerio de Sanidad más de cien kilos de cocaína procedente de decomisos y 50 kilos de piperonal (material utilizado para la fabricación de éxtasis que también fue encontrado en Fuenlabrada).

Paralelamente, el Grupo XVIII de la Policía Judicial, dedicado las drogas de diseño, aceleró sus pesquisas. Cuarenta agentes en total participaban en la investigación.

Los seguimientos y las vigilancias -un agente llegó a permanecer 36 horas vigilando el taller- se intensificaron. Y el sábado pasado la policía se lanzó a por los sospechosos. En el taller, en plena faena, fue detenido José Ramón V V.M., alias El Niño, de 35 años. Este hombre, considerado el químico de la organización, contaba con tres antecedentes policiales por tráfico de droga. Aficionado a los coches, poseyó un Ferrari que cambió por un Masserati.

A la entrada de la nave cayó Marius Michael, rumano, de 30 años, sin antecedentes. Los otros dos integrantes de la banda -Néstor Omar B. S., argentino, de 30 años, y Juan Carlos G. G., de 45 años, ambos vecinos de Guadalajara- fueron capturados cerca del polígono.

En el interior del taller, detrás de una portezuela de madera, se encontraba la máquina del éxtasis, la primera de su tipo que se recupera en España. El artefacto, en marcha, acababa de producir un millar de pastillas. Junto a este ingenio, la policía descubrió numerosos colorantes, precursores y materiales -anfetaminas, lactosa, cafeína, estaenato de magnesia, ácido palmítico- con los que fabricar el éxtasis.

La máquina, fabricada en Liverpool (Reino Unido), llegó a manos de la banda, según la policía, a través de algún país del Este. Originariamente fue utilizada para fabricar medicamentos, luego entró en el mercado negro. Al artefacto se le introducía la sustancia en polvo con un embudo metálico. Una vez dentro, en una especie de torno industrial, la máquina hacía girar una plataforma, de modo que el polvo entraba en los troqueles que daban forma a las pastillas. La policía sospecha que la banda, para financiar la compra de la máquina y de los materiales necesarios para la fabricación del éxtasis, había obtenido dinero de los butrones y de la venta en el mercado negro de obras de arte sustraídas en iglesias.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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