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200 científicos persiguen nubes en Canarias

Un proyecto mundial analiza aerosoles en la atmósfera para predecir el cambio climático

"Las predicciones para dentro de tres días sí son buenas: dan aire sucio...", murmura el físico holandés Frank Raes mientras observa imágenes de Canarias que le llegan del satélite a su ordenador. Raes está preocupado. Está en Tenerife desde mediados de junio y casi no ha podido trabajar aún. Con él hay 200 científicos europeos y estadounidenses igual de ansiosos, con su correspondiente equipaje: cinco aviones -entre ellos, uno de los mayores del mundo para investigación, un Hércules C- 130- y muchos Instrumentos. Un barco laboratorio espera también instrucciones desde Portugal. Sólo falta que llegue un poco de aire sucio para que empiece uno de los mayores proyectos internacionales sobre aerosoles atmosféricos, unas minúsculas partículas cuyo estudio ayudará a predecir si habrá cambio climático en el futuro.El proyecto se llama ACE-2 (experimento de caracterización de aerosoles) y debe terminar el próximo 25 de julio. Participan en él unas 50 instituciones científicas, que, junto con la UE, financian los más de 1.000 millones de pesetas que cuesta el experimento. El Instituto Nacional de Meteorología español se ocupa de la logística y de las predicciones meteorológicas. El centro de operaciones se ha instalado en el aeropuerto de Los Rodeos.

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Todos estos equipos sirven para estudiar partículas en la atmósfera que miden menos de una milésima de milímetro, pero cuyo papel podría ser clave para saber qué está pasando con el clima del planeta. Reflejan la luz solar, con lo que reducen la energía que llega al suelo, y además alteran la composición de las nubes y acaban así potenciando su efecto reflectante de los rayos del Sol. La consecuencia es que los aerosoles enfrían la atmósfera, contrarrestando al menos en parte el calentamiento que producen gases de efecto invernadero como el CO2. Sin embargo, " se sabe demasiado poco sobre los aerosoles para cuantificar su efecto real, y eso nos está impidiendo desarrollar escenarios más realistas sobre el cambio climático", dice Raes, del Joint Research Centre de la UE (Ispra, Italia) y coordinador de todo el experimento.

Polvo, sal y contaminación

Hay aerosoles naturales, como el polvo del desierto o la sal marina, pero también los producen las emisiones industriales de dióxido de azufre (el mismo componente de la lluvia ácida) o los tubos de escape de los coches. La pregunta es ahora en qué medida ha contribuido la actividad humana a la cantidad y variedad de aerosoles en la atmósfera. Responderla y clarificar cómo influyen estas partículas en el clima global son los principales objetivos de ACE-2.Tenerife fue elegida porque a su cielo acuden alternativamente -sobre todo en julio- masas procedentes del Atlántico, de África y de Europa; es decir, aire limpio y contaminado fácilmente distinguible. "Si la masa de aire contaminado procedente de Europa es capaz de viajar hasta aquí, no cabe duda de que está ejerciendo alguna influencia global en la atmósfera. Y en los experimentos previos se ve que sí", apunta Carmen Rus, directora del Centro Meteorológico Territorial de Canarias Occidental.

Pero este año, por ahora, está siendo la excepción: casi todo el aire que ha llegado es limpio. Para colmo de males, uno de los cuatro satélites implicados en el experimento, el japonés ADEOS, chocó con un trozo de basura espacial y no funciona. Los distintos equipos tomarán medidas del aire a distintas alturas, encima, debajo y dentro de las nubes, con influencia del mar o sin ella.... incluso perseguirán en varias ocasiones a una masa de aire desde Portugal hasta Canarias.

En ese experimento, Snoopy tendrá el papel estrella. Los británicos llaman así a su Hércules C- 130 por su nariz a franjas rojas y blancas, necesaria para tomar medidas en vuelo evitando las turbulencias que causa el propio aparato. A la instrumentación de Snoopy llega directamente, a través de conductos al exterior, el aire de las zonas que atraviesa; puede analizar, entre otras cosas, la interacción química entre los distintos aerosoles, y su espectrómetro detecta cuánta luz refleja una sola de estas partículas.

. Cuando entre en acción perseguirá la masa de aire contaminado de Europa durante al menos dos días, a lo largo de unos 2.000 kilómetros. "El Vodyanistky, el barco laboratorio ucranio, situado en Sagres [sur de Portugal], debe detectar esta masa y marcarla lanzando un globo equipado con un emisor. Transportado por el aire, el globo permanecerá siempre dentro de la nube; el avión acudirá a su encuentro y lo seguirá, tomando medidas, hasta Canarias", explica Raes. El C-130 tiene previsto dedicar más de 100 horas de vuelo a estas medidas.

Merlin IV, un pequeño avión francés, estudia la microfísica de los aerosoles en el interior de las nubes. El avión puede, por ejemplo, contar el número de gotitas que hay en una nube.

También se toman medidas en la estación de Izaña, a 2.260 metros de altura -en las faldas del Teide-, y al nivel del mar.

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