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El régimen argelino libera al líder islámico Madani en un intento por contener la violencia

El Tribunal Militar de Blida emitió ayer por mañana un escueto comunicado en el que anunció la puesta en libertad condicional del líder del Frente Islámico de Salvación (FIS), jeque Abasi Madani, detenido en junio de 1991. El mismo tribunal, que en 1992 condenó a 12 años de prisión a los dos líderes del FIS, Madani y Alí Benhadj, por "incitación a la rebelión" no dijo una palabra sobre las, causas de la puesta en libertad del líder integrista, que se trasladó a la residencia de sus padres, en el barrio de Belcourt, en Argel. Su compañero Benhadj, que está delicado de salud, permanece aún en la cárcel.

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El sorprendente anuncio se produce tan sólo unos días después de que el número tres de la organización islamista, Abdelkader Hachani, haya sido igualmente: excarcelado tras haber purgado en prevención la pena de cinco años a la que le condenó el mismo tribunal. Dos hechos que han, sido saludados por la dirección, del FIS en el extranjero como una "contribución efectiva a la, resolución de la crisis argelina y a la vuelta a la paz".Otras fuerzas políticas argelinas no han tardado en reaccionar ante la decisión del presidente Liamin Zerual. El dirigente islamista moderado Mahfud Nahnah, cuyo movimiento MSI-Hamas posee ocho carteras ministeriales en el actual Ejecutivo y un tercio de los parlamentarios de la Asamblea, calificó de "muy positiva" la noticia. La otra asociación islámica reformadora, En Nahda, también saludó la liberación de Madani y pidió la de "todos los detenidos políticos". Idéntica posición ha tomado el histórico líder del Frente de Fuerzas Socialistas (FFS), Hocine Ait Ahmed, quien espera que esta medida se vea acompañada de "otros gestos" para un "verdadero diálogo político" con todas las fuerzas, incluido el FIS.

La clase política argelina da muestras de sentirse aliviada. El futuro acuerdo de asociación de Argelia con la UE, actualmente en vías de negociación, se vio comprometido por la ausencia de medidas concretas del régimen tendentes a favorecer la pacificación y el diálogo, nacional. La imagen internacional de Argelia se encontraba. mermada por las reiteradas denuncias de diferentes organismos internacionales sobre los graves atentados a los derechos humanos cometidos en el país. La retención en las cárceles sin juicio alguno de multitud de presos, entre los que se encontraban los líderes históricos del FIS, era uno de ellos. La Embajada norteamericana en Argelia ha desplegado una intensa actividad en paralelo a la diplomacia, contactando con dirigentes políticos y sindicales, personalidades de la cultura y hombres de negocios. El mensaje ha sido: "El continuó deterioro de la situación en el país es inaceptable. Hay que hallar una salida".

Es aún muy pronto, para detectar el alcance de la decisión tomada por el presidente Zerual. La situación en el país había llegado a un callejón sin salida. Los últimos atentados sangrientos, tanto en el campo como en la propia capital, Argel, muestran que el régimen no ha conseguido controlar el orden público, a pesar del imponente despliegue de fuerzas. En estos últimos días han sido mucho más numerosos los ataques terroristas. El diario Le Matin anunciaba el mismo lunes la muerte de otras doce personas en la región de Medea, degolladas por una banda armada sin identificar. Y el sangriento atentado en el mercado popular de Baraki, en los suburbios de Argel, continuaba arrojando más víctimas. Fuentes gubernamentales informaban ayer de un balance aún provisional de 29 muertos y un centenar de heridos. Lo que, unido a las matanzas del fin de semana pasado, eleva el número de víctimas a más de 130.

Un portavoz del FIS vinculó ambos sucesos: la liberación de Madani y las matanzas indiscriminadas de los últimos días: "Cada vez que se abre un camino a la esperanza, surgen estos actos criminales cometidos por manos pérfidas", declaró Abdelkrim Adda.

Según medios diplomáticos occidentales presentes en la capital argelina, el presidente Zerual parece haber cambiado su actitud de querer contener el islamismo por medio de la represión al proponerse controlarlo y canalizarlo. La asociación del jeque Nalinah al Gobierno ha sido un primer paso, aunque insuficiente según la oposición. El segundo podría ser llegar a un reparto de influencias y de poder entre la presidencia del país, que se reserva los ministerios principales (Defensa, Interior, Asuntos Exteriores, Finanzas y Petróleo), y los diferentes componentes de la nebulosa islamista, en primer lugar el FIS.

La jubilación del general Bennabes Ghezaiel, al mando de los 80.000 efectivos de la gendarmería, y su sustitución por un militar de carrera cercano al presidente, es un indicio. Ghezaiel dirigió la primera gran. represión contra el FIS en 1991.

Queda, sin embargo, la incógnita de saber si el FIS, con Abasi Madani a la cabeza, será capaz de controlar los movimientos armados que actúan bajo la bandera del islamismo radical. El Ejército Islámico de Salvación sigue obedeciendo a su progenitor el FIS, pero el GIA, el más sanguinario de los grupos, actúa por propia iniciativa.

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