Boeing negocia a contrarreloj el 'plácet' de Bruselas a su fusión con McDonnell
Las conversaciones del gigante aeronáutico norte-americano Boeing con la Comisión Europea para obtener la luz verde de ésta a su fusión con McDonnell Douglas registraron algunos avances durante el pasado fin de semana. Pero faltan todavía elementos para llegar a un acuerdo, coincidieron ambas partes. Una fuente comunitaria instó a la compañía de Estados Unidos a realizar nuevos retoques en la misma noche de ayer. El Ejecutivo comunitario de Bruselas prevé dirimir el caso el próximo día 23 de junio.
"Hemos realizado progresos", manifestó el vicepresidente ejecutivo europeo de Beoing, James Frank. Pero todavía no se ha llegado "a un acuerdo final" con el equipo del comisario de la Competencia, Karel Van Miert, matizó.De forma similar, una fuente comunitaria confirmó que "ha habido cierto progreso en uno de los elementos" sujetos a discusión, aunque no lo concretó. Pero "falta todavía bastante", añadió. En tono admonitorio recordó que las compañías afectadas "saben el riesgo que corren si no aportan soluciones antes de medianoche", el plazo establecido en principio para la negociación.
La fusión daría lugar a un gigante valorado en cerca de 14.000 millones de dólares (unos dos billones de pesetas), con unas ventas anuales de 48.000 millones de dólares (unos siete billones de pesetas) y una cuota del 65% del mercado mundial de la aviación comercial.
Van Miert abrió el pasado mes de marzo un procedimiento contra la fusión, al considerar que reforzaría la posición dominante de Boeing en el mercado y limitaría la competencia. Una de sus quejas fundamentales estriba en los contratos de suministro exclusivo firmados en los últimos tiempos por Boeing con tres de las más poderosas compañías de EE UU.
La Comisión ha exigido a la dirección de Boeing que anule esos contratos o al menos su carácter exclusivo. También le exige la apertura a la libre competencia de las patentes y licencias en manos de los dos asociados. Y se mantiene alerta sobre el nivel de ayudas públicas a que el conglomerado podría aspirar en EE UU, en su condición de fabricante de aviones militares.
La autoridad antimonopolio estadounidense, la Comisión Federal de Comercio, aprobó la fusión el pasado día 1 sin imponer ninguna condición, aunque aseguró que vigilará de cerca el asunto de los contratos de suministro exclusivo, al considerarlos portencialmente peligrosos para la competencia.
Tres días después, en Bruselas, el Comité Asesor de Fusiones apoyó sin fisuras la opinión de los servicios de la Competencia -dependientes de Van Miert- según la cual la operación no debe permitirse en su forma actual.
El ejecutivo comunitario, que preside Jacques Santer, puede imponer multas de hasta un 10% de la facturación anual de la compañía (unos 700.000 millones de pesetas) si prosigue una fusión que ha desautorizado. Además, puede perseguir a las compañías que compren sus aviones, por comerciar con un consorcio declarado ilegal en la UE.
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