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Tribuna
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Es barato

Es barato ser de Herri Batasuna. No pasa casi nada. Uno puede ser diputado en Madrid, diputado en Vitoria o Pamplona, alcalde, concejal, procurador en Juntas Generales, militante o simple afiliado. Y casi nadie dice nada. Es barato.Es caro ser militante de la paz. Tener cargos representando a partidos democráticos, llevar el lazo azul, escribir por la paz, hablar contra la violencia, eso cuesta mucho. Te pueden insultar, te pueden decir traidor, el coche o la casa pueden arder. Vas a una concentración por la paz y te ves con pocos, muy pocos. Los partidos no han considerado oportuno, fuera de contadas ocasiones, convocar a la militancia o a toda la ciudadanía. Y hemos visto por lo general concentraciones menguadas, cuando por delante, en ese cuarto de hora, pasaban cientos, a veces miles de personas.

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Algunos llevamos manifestándonos mucho tiempo. El que suscribe" casi 21 años, desde el otoño de 1976. ¡Buena parte de nuestra vida! Sabíamos que la dictadura había quedado atrás y que la transición, con su ritmo lentísimo, sin embargo, caminaba. Pero, sobre todo, sabíamos que lo primero es el derecho a la vida. Desde entonces, casi mil muertos. Y la amargura tremenda de todas las personas con sentimientos, que también hemos lamentado la que llaman guerra sucia, que ahora tratan de ocultar (¿sabremos algo alguna vez?).

No nos engañemos. En particular, sobre dos cosas. Primera, queda claro, hasta para los más tardos, que hay ETA porque hay HB. Segunda, los derechos de Vasconia, manchados por estos criminales y los amiguetes de los criminales, seguirán siendo los mismos. Es el ansia de que perduren un pueblo y una cultura, de personalidad indiscutible, con su alma vascófona y romance, atlántica y mediterránea. Y el deseo consecuente de una autonomía que garantice todo ello, sin perjuicio de la solidaridad y la apertura al exterior (por otro lado, tan vascas ambas).

Pero no tiene que ser barato ser de HB. Ésos deben saber que, en nombre de lo más elemental, condenamos todo ese lenguaje, también ese lenguaje del silencio, tan cobarde y mezquino. Y tiene que ser barato ser combatiente de la paz. No ha de costar nada pedir una so ciedad libre de individuos libres. Tiene que ser normal exigir que acabe la indignación selectiva (en palabras de Claude Malhuret) y que hablemos de los derechos de todos, pero también de las obliga ciones de todos.Empecemos a acabar con esta pesadilla de HB, vaso comunicante de ETA. Que sepan que no es barato estar en esa máquina de irracionalidad y odio. Y no cometamos una vez más el error de repetir la debilidad congénita de las democracias ante el totalitarismo.

Endrike Knörr es catedrático de Filología Vasca en la Universidad del País Vasco y vicepresidente de Euskaltzaindia (Real Academia de la Lengua Vasca).

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