Un preso etarra inicia una huelga de hambre en protesta por "la macabra acción terrorista"
"Por ti, Miguel Ángel Blanco; por el derecho a la vida, por el respeto a los derechos humanos, por el derecho a las libertades individuales y colectivas, por la paz y la libertad. Así se expresaba ayer el preso etarra José Antonio Joxean Carrasco Alba, que cumple una condena de 30 años en la prisión de Córdoba, al anunciar su decisión de iniciar una huelga de hambre indefinida en protesta por el asesinato de Miguel Ángel Blanco por la banda terrorista ETA.
Carrasco Alba, de 35 años, está en prisión desde 1986 y forma parte de la población del centro penitenciario cordobés desde 1992. Cumple su condena por terrorismo y estragos, tenencia de explosivos y depósito de armas de guerra, daños, atentado y por haber participado en el asesinato de un guardia civil retirado el 26 de noviembre de 1985 en Lasarte (Guipúzcoa), el mismo pueblo donde le pegaron dos tiros en la cabeza el sábado Miguel Ángel Blanco.El preso etarra compareció ayer ante los medios de comunicación en la prisión de Cordoba y declaró que hace un año anunció su abandono de la banda terrorista y de la lucha armada. Pidió autorización a Instituciones Penitenciarias para leer un comunicado en el que asegura: "Yo también siento que debo de hacer algo" tras conocer la macabra acción terrorista de ETA.
Los funcionarios de la prisión trasladaron al interno desde la enfermería del centro, su habitual lugar de trabajo, hasta el primer rastrillo o reja de entrada del edificio para hacer su declaración. La cárcel de Córdoba alberga 11 presos etarras; los 10 restantes no secundaron a Carrasco Alba.
En el rastrillo, rodeado de micrófonos, Carrasco se limitó a leer el comunicado que antes había puesto en conocimiento de las autoridades. "Quiero que esta huelga de hambre indefinida que inicio hoy [por ayer] en esta esquinita del mundo, en esta celda de la prisión de Córdoba, sea un gesto humano, un sacrificio por la concordia y respeto mutuo, un granito de arena más que contribuya a la construcción de esa pirámide que todos estamos obligados a levantar: la libertad".
El ex etarra explicó que hace unos meses había comunicado a la dirección de la cárcel su intención de iniciar una huelga en protesta por las acciones terroristas, y aseguró que ahora la comienza porque el crimen de Miguel Ángel Blanco "me ha dejado muy hecho polvo, traspuesto". Expresó sus sentimientos cuando se entero del vil asesinato la ejecución: "Lloré y me entraron ganas de meterme debajo de la cama, debajo de la tierra... Muchas cosas"
"No tengo miedo"
En el escrito que leyó, afirma: "Quiero gritar, y que esta expresión de impotencia traspase esta celda y su eco, batiendo alas, remonte el muro de esta prisión camino de Euskal Herria". "Yo también quiero decir algo", añadió, "y quiero que el sonido de la txalaparta [instrumento de percusión vasco que se usaba tradicionalmente para comunicarse] recorra los valles verdes de ese pueblo, los bosques y montañas de ese antaño inhóspito lugar y que el unánime eco solidario de sus lugareños retumbe con la muda voz del sentir".El preso etarra indicó que hacía esta declaración "por Miguel Ángel Blanco Garrido, por el derecho a la vida, por el respeto a los derechos humanos, por el derecho a las libertades individuales y colectivas y por la paz y la libertad". Joxean Carrasco manifestó a los periodistas que no sentía miedo tras sus manifestaciones de rechazo a las acciones terroristas.
"Personalmente no tengo miedo; si lo tuviera no estaría aquí. He venido [al encuentro con los periodistas] porque creía que tenía que venir, que era mi obligación porque me lo ha pedido el corazón y la cabeza". A este respecto añadió: "Yo creo que no me va a pasar nada, pero tengo miedo, mucho miedo, de cómo está la circunstancia, la situación, el no saber cómo va a terminar todo esto".
Preguntado sobre si es partidario del reagrupamiento de los presos etarras, Carrasco Alba indicó que está a favor "de que se respeten los derechos humanos de todos, y si es un derecho que se trasladen los presos, que se cumpla; y que todo preso esté en el sitio más cercano de su lugar de origen".En los meses de agosto, septiembre y octubre de 1995 Joxean Carrasco cuidó 12 horas diarias de un preso común que había vuelto a la cárcel para morir tras serle detectado un cáncer de páncreas.
Por otra parte, María Teresa Múgica, hermana de un preso de ETA y militante de Herri Batasuna, declaró ayer ante las cámaras de televisión: "Pido perdón a la familia [del concejal asesinado] por lo que les han hecho. Yo ya no entiendo nada. No sé por qué lo han hecho. Estoy totalmente desorientada". Múgica añadió llorando que se ha desmarcado de la banda terrorista.
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