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Cerca de 200.000 jóvenes se unen en el 'Desfile del Amor' en Berlín

La música 'tecno' inundó las calles de la ciudad alemana

En todo el centro de Berlín se celebró ayer el noveno Love Parade (Desfile del Amor), que este año esperaba reunir a más de un millón de personas, cosa que ni las demostraciones de paz, ni Woodstock, ni los conciertos de los Rolling Stones han podido jamás conseguir. Los organizadores se proponían hacer de este desfile la mayor fiesta de la historia de la juventud. Treinta y nueve carrozas desfilaron bajo el lema Let the sunshine in your heart (Deja que el sol entre en tu corazón) a lo largo de seis kilómetros: un espectáculo sensacional que convocó la nada despreciable cifra de 200.000 personas.

Un tipo con el pelo teñido de rojo y dos cuernos diabólicos, subido en lo alto de una de las carrozas del desfile, movía el cuerpo en una danza frenética al compás de un ritmo electrónico que estallaba con un mínimo de 150 golpes por minuto. Una gota más de color en un mar de música machacona, cuerpos desinhibidos y, presumiblemente, buena cantidad de drogas sintéticas, que cohesionaron a una multitud de adictos al tecno.De todas las ciudades alemanas y del extranjero han ido llegando, desde el viernes por la noche, en autocares y trenes especiales, jóvenes que se integraron al llegar en una masa en movimiento entregada al baile. Un público internacional de ravers con disfraces y peinados multicolores, con tatuajes, piercing y barbas teñidas, seguían la consigna de cuanto más llamativo y original, mejor. Boas de plumas o serpientes vivas, como la que llevaba de bufanda un hombre medio desnudo, se integraban, a la celebración.

La temperatura era de unos 30 grados y grupos enteros de gente acalorada se bañaba en las fuentes de la avenida del 17 de Junio o bajo la ducha que el servicio de agua corriente berlinés había instalado especialmente para que los ravers pudieran refrescarse bajo 200 toneladas de agua a lo largo de la tarde. El esperado Love Parade tuvo buena estrella, después de todo, tras la polémica que en los últimos meses amenazó con desconvoar esta novena edición.

Todo empezó tras los protestas que se produjeron después del último desfile, que causó graves daños en el Tiergarten, la zona verde más grande de Berlín. La fiesta dejó 150 toneladas de basura tras de sí, que los servicios municipales de limpieza tuvieron que retirar. A la espera de un millón de personas para este año, 250.000 más que en 1996, las protestas en contra del desfile se hicieron escuchar en los medios de comunicación de forma cada vez más contundente. Pero al final los organizadores llegaron al acuerdo dé contribuir en los gastos de los desperfectos que pudieran causar los enfebrecidos bailarines.

Aunque el Love Parade se ve acosado por varias frentes sigue siendo considerado como el evento turístico más grande del año. Las 750.000 personas del pasado año dejaron en la ciudad 110.000 millones de, marcos (unos 8.800 millones de pesetas). El portavoz del Senado berlinés, Michael Andreas Butz, apeló a participar en el desfile e instó a que colaboren en- que la manifestación no cause daños a la ciudad y genere descontento entre los berlineses.

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