El festival reta al cielo
Sol y baile en el segundo día del Doctor Music
El festival ha lanzado el guante al cielo. Y ante el reto, el cielo, de momento, se ha encogido. "Llueve, cabrón", gritaba ayer émulo de Tamerlán, un fan de Rage Against The Machine. La música y el entusiasmo triunfaron finalmente sobre la lluvia y la incomodidad de la primera jornada, y ayer las nubes dejaron paso ál sol. Un sol que pegaba de lo lindo. La gente ya está bien seca y disfruta, y disfruta. Y baila, y baila. Brillan los anillos en los ombligos con un reflejo lúbrico de plata y han vuelto el desparrame en la hierba y las gafas oscuras.Ya está, todos secos. El rastafari que se había instalado sobre un cajero automático de La Caixa para no mojarse agita ahora sus rizos, feliz entre una nube de ganja. Cuando ayer por la mañana salió el sol comenzó a brotar vapor en la húmeda zona de acampada. Paseando entre las tiendas uno podía sentirse como Enrique V al amanecer de San Crispín o el general Lee la madrugada de Gettysburg. Aunque, diablos, ni los Irregulares de la caballería rebelde de Kansas llevarían bragas como las que se secaban en el mástil de aquella tienda azul. En otra lona se abrió una cremallera. Una mano temblorosa y peluda surgió de la oscuridad. "No llueve, tíos", anunció. El campamento se desperezaba lentamente. Mucha resaca. La gente no sabía qué ponerse y así se vieron bikinis y anoraks camino de los lavabos. De una tienda brotó un poderoso fan del trash vestido igual que la noche anterior, cuando se desplomó en la zanja del fondo del escenario principal arrastrando con éI a este reenviado especial a La Vaca. Lucía una bolsa de basura embutida en la cabeza y fijada con cinta aislante y otras dos enrolladas alrededor del ancho torso.En otro orden de cosas, se suministran condones en. muchos puntos. Incluso suecos. Condones suecos. Se ve que están bien, pero la lectura del prospecto adjunto influye a la baja en la libido: "Condiloma, aparición de excrecencias normalmente supurantes...". Parece el parte de la autopsia de los marcianos de Roswell. Afortunadamente, aquí se te pasa rápidamente el asco.
La organización informó en la tarde de ayer de que no se han producido incidentes de importancia. El parte médico recoge sólo casos leves. Lo más grave es una joven de administración que se pilló un dedo con una puerta, percance, hay que convenir, insólito en un valle pirenaico. Neo Sala , el responsable de todo esto, explicó que se han vendido ya 24.000 abonos y animó a la gente a seguir subiendo, pues la capacidad del recinto está cifrada en 32.000 personas. Para el organizador, que la gente haya venido pese a la lluvia significa que el Doctor Music es un evento "al margen del tiempo".
"Son jóvenes y sanos", afirman en la farmacia del pueblo de Esterri d'Áneu. Se ve que el remojón del jueves no ha causado víctimas. Poca salida han tenido los medicamentos contra el resfriado. Tampoco está funcionando mucho el mercado del insecticida, pero en la farmacia no descartan que con el sol se anime la mosquitada. Lo que está revelándose como un negocio imprevisto es la venta de impermeables. Los han puesto en el escaparate de muchos comercios de Esterri y algunos hasta los han agotado, como en La Verd' Áneu. "Espero un camión de canguros para esta tarde", aporta una dependienta.
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