Despliegue

El aparatoso despliegue de fuerzas de seguridad llevado a cabo recientemente alrededor de diversos poblados periféricos de Madrid, que se sabe son núcleos tradicionales de trapicheo y tráfico menor de droga, no ha sido muy afortunado. Establecer cercos policiales para aislar a los expendedores de droga, con el objetivo de evitar que los clientes accedan a los puntos de suministro (en lugar de proceder contra los primeros) no parece una medida estratégicamente inteligente ni tácticamente positiva.Los resultados de esta operación a la vista están y han sido noticia en los medios de comunicación: dos drogadictos muertos por atropello, otros dos heridos, e incuantificables cargas de ansiedad, angustia, temor y zozobra por parte de los desventurados seres que precisaban inyectarse o aspirar la mortífera bazofia, con un precio superior, que esta restricción en el suministro ha llevado consigo.

¿No hubiera constituido una medida más eficaz y humana centrar la acción policial en los camellos y minoristas de este inicuo tráfico letal, utilizando todos los medios de indagación, infiltración soterrada y mandamientos judiciales de registro en las chabolas, al mismo tiempo que se estableciese un servicio bien organizado que proveyese de metadona a los pobres drogadictos que acudían, como aves desorientadas y ciegas, en busca de la dama blanca, marrón o negra...?-