_
_
_
_

El fútbol como derecho fundamentamental

En la lucha por la TV digital, el Gobierno bloquea la libre competencia

"El gobierno defiende el interés general". Miguel Ángel Rodríguez ha repetido esta hermosa frase tantas veces en los últimos tiempos, que él mismo ha terminado por creérsela.Rodríguez es el portavoz del Gobierno español, secretario de Estado para la Comunicación, y estrecho colaborador del presidente del Gobierno, José María Aznar. Lleva la política de comunicación y vende la imagen del Gobierno, que se vende tanto mejor cuanto más se ocupe del "interés general". Y aunque no se ocupe, como en la batalla por la TV digital -que promete convertirse en España en un gran negocio- y como en el fútbol, el software más importante para la TV digital.

El presidente Aznar y su secretario de Estado para la Comunicación aprovechan el conflicto para librar su batallita particular contra el principal grupo editorial de España, PRISA, que posee, entre otras cosas, el diario EL PAÍS, el Canal + español y la cadena radiofónica SER, medios claramente críticos respecto a Aznar.

El arma preferida del Gobierno es el mazo legal, que asesta de vez en cuando con la determinación de un policía prusiano. Pero PRISA es demasiado poderoso como para que los golpes le hagan agachar la cabeza. El desenlace de la lucha está abierto.José María Aznar preside el Gobierno español desde mayo de 1996. A partir de ese mismo momento, su íntimo Rodríguez arremetió contra la TV digital. De una forma bastante sorprendente para un Gobierno que, por lo demás, confía siempre en el mercado libre, Rodríguez quiso hacer el papel de comadrona en un proyecto de TV digital en lengua española que se pretendía que se impusiese a escala mundial frente a los grandes gigantes anglosajones. "Necesitábamos el impulso del Gobierno, porque, no había ni un sólo proyecto de TV digital en España", afirma Rodríguez para explicar su ardor por la economía estatalizada. "No somos accionistas de esta plataforma. Pero teníamos que darle el impulso inicial".

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Entretanto, la actividad de Rodríguez ha provocado la formación del grupo Vía Digital, que empezará a emitir en septiembre. Pese a las aseveraciones del portavoz del Gobierno, el Estado sigue interviniendo en el asunto. El principal accionista es Telefónica, que hasta principios de año era en parte propiedad del Estado. Su presidente, Juan Villalonga, es amigo personal del presidente, del Gobierno. Inmediatamente después de acceder al Gobierno y antes de la privatización total, Aznar había sentado a Villalonga en el sillón de jefe de Telefónica. Otros accionistas de Vía Digital son la RTV pública y una serie de canales de TV pública de las Comunidades Autónomas gobernadas por los conservadores. Finalmente, también participa el gigante mexicano Televisa y algunos, medios claramente afines al Gobierno, como el diario El Mundo y la cadena radiofónica COPE.Miguel Angel Rodríguez se comporta en otro punto de manera conscientemente imprecisa: mientras empezó a forjar el pasado año su alianza para la TV digital, PRISA ya estaba elaborando sus propios planes digitales. El grupo privado ya estaba en el mercado con un paquete de TV analógica por satélite, y, se disponía a entrar en la técnica digital. Así pues, el principal motivo del "impulso" del Gobierno era impedir que el mercado de la TV digital, supuestamente lucrativo, quedara sólo en manos de la gente de PRISA.

Hasta aquí, vale. El usuario podrá disfrutar de dos paquetes de TV digital, suponiendo que le interese. Comparada con la alemana, la oferta televisiva española es bastante modesta. A nivel nacional, hay dos canales públicos y dos canales privados, así como Canal +, que se emite por vía terrestre, y una serie de canales públicos propiedad de algunas comunidades autónomas. A excepción de la programación codificada de Canal +, todos los demás programas están apestados por bloques interminables de anuncios. Hasta ahora, la televisión en España no era ningún placer, Por lo que la televisión digital llega en el momento oportuno. La máquina de entretenimiento digital podría convertirse para las cadenas en una máquina de hacer dinero, a diferencia de lo que ocurre en Alemania.

Vía digital, la plataforma de la iniciativa del Gobierno, no se preocupó al principio por la competencia de PRISA. Porque en su equipo jugaba Antena 3, una de las dos cadenas privadas de televisión convencional, propietaria de la mayor parte de los derechos de retransmisión del fútbol profesional. El fútbol es el principal motor de la TV digital: por cada partido transmitido, el espectador tiene que pagar su entrada: pay per view se llama esto. De esta manera debe proporcionarles a las empresas de televisión digital -y de paso, también a los clubes- un montón de dinero.

Antena 3 era perfectamente consciente del valor de su propiedad, y no estaba dispuesta a lanzarse, sin más ni más, a los brazos del primer pretendiente. Mientras todo el mundo consideraba cosa hecha la alianza con Telefónica Co, Antena 3 negociaba paralelamente con PRISA. En Nochebuena pasó lo que nadie esperaba: Antena 3 anunció su próxima boda con PRISA. Su oferta era mejor. "Un acuerdo legítimo, sobre el que el Gobierno no tiene nada que decir", dice hoy, generoso, Miguel Angel Rodríguez. Pero la prensa afín al Gobierno gritó: "¡Traición!".

De golpe, el hermoso proyecto de TV digital tejido amorosamente por Rodríguez valía como mucho la mitad. PRISA pudo anunciar, segura de sí misma, el inicio de la emisión de su Canal Satélite Digital para finales de enero: pay per view, fútbol inclusive. Pero el Gobierno no se dio por vencido así como así. A principios de 1997 -recuperados del shock del golpe navideño-, a los conservadores se les ocurrió que todo el asunto de la TV digital necesitaba una regulación legal. En un tiempo récord, Rodríguez mandó redactar un decreto, que el 30 de enero ya había sido aprobado por el Consejo de Ministros, un día antes de que Canal Satélite empezase a emitir.

El decreto, elevado entretanto a rango de ley, se las trae. En uno de sus artículos trata del descodificador encargado de descifrar los mensajes que llegan del cielo digital. Todo espectador tendrá que colocar al menos uno de esos aparatos junto a su televisor si quiere recibir la TV digital. En el caso de que los titulares de las cadenas operasen con diferentes sistemas de descodificación, los usuarios tendrían que apilar varios descodificadores. Y para impedir tal cosa, la ley española sobre la TV digital prescribe un descodificador "abierto" que debe servir para todas las ofertas -o bien un acuerdo de los operadores sobre un sistema de descodificación común.- "No se puede ser más liberal", considera Rodríguez.Pero el asunto tiene un inconveniente: el descodificador abierto acaba de ser desarrollado y no está en funcionamiento en ninguna parte. Las dos emisoras digitales no se han puesto de acuerdo respecto a un sistema común. Por tanto, Canal Satélite Digital no podía respetar la ley a estuviera dispuesto a medio año de ventaja frente a Vía Digital, impulsada por el Gobierno, que no iniciará sus emisiones hasta septiembre. Y ésta era claramente la intención de tan liberal legislador: ya que no se puede impedir el proyecto de PRISA, al menos le haremos la vida muy difícil.

Apenas había salido de la imprenta la ley sobre la TV digital, el Gobierno se dispuso a poner la segunda piedra en el camino de Prisa: la llamada ley del fútbol, la que regula las retransmisiones por TV de los acontecimientos deportivos. Ya el Parlamento Europeo había dictaminado que el espectador europeo debe disfrutar del derecho fundamental de recibir en abierto acontecimientos deportivos de especial relevancia, sin especificar, sin embargo, quién debía regalar al consumidor el aparato necesario para el disfrute de las retransmisiones. Al, igual que todos los países de la UE, también España tuvo que elaborar una lista de los acontecimientos deportivos cuya retransmisión no puede, en ningún caso, estar codificada. El Parlamento llegó rápidamente a un acuerdo: debía haber un partido de liga por semana. Nunca va a resultar tan barata hacerse popular cara al pueblo fin y al cabo, desde hace ya años, la televisión española retransmite al menos un partido. La ley del fútbol prescribe que haya que emitir en abierto el partido "más importante" de cada jornada. Una comisión decidirá al repecto cada medio año, para el siguiente semestre y por adelantado. El Real Madrid y el FC Barcelona pueden estarle agradecidos legislador: van a tener a menudo honor de poder vender sus partidos sólo a las cadenas abiertas.

Pero el colmo de la nueva norma para el fútbol es otro artículo que, con despotismo legislado pretende prohibir las retransimisiones exclusivas mediante el sistema pay per view. Lo que no pudo conseguir la plataforma de Telefónica, Vía Digital, a base de negociaciones, le será devuelto ahora por ley, por el Gobierno, con el apoyo parlamentario de los comunistas. "¿Dónde está el riesgo empresarial?", pregunta el vicepresidente de Antena 3, Manuel Campo Vidal. Pero Miguel Ángel Rodríguez tiene, como siempre, respuesta: "Cada emisora puede transmitir a su modo: las perspectivas de las cámaras, el tipo de comentarios distinguirán unos programas de otros. ¡Eso es competencia!". El mismo fútbol en todo los canales. ¿Por qué no también las mismas películas? En ese caso Vía Digital, con su supuesto mayo stock de películas saldría perdiendo, no, como se pretende, Canal Satélite Digital.

La cadena de PRISA insiste, no obstante, en que ha comprado en exclusiva los derechos de fútbol, y no va permitir que la ex propien así como así. Exactamente igual que en el caso del descodificador Canal Satélite Digital espera que al final se, imponga la razón, si no hay otro remedio con la ayuda de la Comisión Europea y del Tribunal Constitucional español. La perspectivas no son malas: la passada semana la Comisión abrió u procedimiento contra España porque considera que la ley sobre la TV digital es incompatible con el derecho europeo. El director de la cadena, Jaume Ferrús, se lleva las manos a la cabeza ante la acción del Gobierno: "Que los conservadores ayuden a sus amigos vale. Pero que lo hagan de esta forma, que los pone en conflicto con la Constitución y la Unió Europea: ¡esto es inmadurez política!".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_