La nave donde estuvo secuestrado Ortega Lara fue utilizada por ETA como fábrica de armas

La nave industrial de Mondragón (Guipúzoa) donde supuestamente estuvo secuestrado durante 532 días José Antonjo Ortega sirvió a ETA como fábrica "a gran escala" de granadas, proyectiles y otros artefactos, según deducen los investigadores. La Guardia Civil ha descubierto además documentación sobre posibles atentados terroristas contra personas domiciliadas en Santander y datos sobre empresarios, policías y políticos. El ministro del Interior, Jaime Mayor, ha anunciado que estos datos permitirán en breve "nuevos éxitos". El juez Garzón ha encontrado indicios de una veintena de delitos.

La nave de Mondragón donde la Guardia Civil localizó el lunes al funcionario de prisiones secuestrado por ETA tiene ciertas similitudes con la fábrica de armas de la organización terrorista desmantelada en febrero de 1993 en Bidart (Francia). Una de las principales similitudes es el sistema hidráulico que permitía el acceso al agujero donde estaba el rehén. La dificultad para hallar el sistema que permitía retirar una máquina de 3.000 kilos que tapaba la entrada hizo que los guardias civiles estuvieran en algún momento a punto de desistir en la búsqueda del secuestrado.En el local había últimamete muy poca actividad, pero fuentes de la investigación tienen el convencimiento de que en el mismo ETA tenía instalada una fábrica de granadas Jotake y otros artefactos explosivos. Entre los objetos decomisados hay armas, cordón detonante y moldes para la fabricación de granadas.

Durante el registro realizado en el local, y concretamente en una antelasa de la cárcel del pueblo, se halló un libro con biografías de personas destacadas de Santander y otros datos que están siendo analizados por los investigadores, además de documentos de identidad falsificados y una relación de matrículas de coches. La sospecha de la Guardia Civil es que esta documentación podría estar preparada para futuras acciones por parte de la banda terrorista.

El juez de instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, se encargará de tramitar la investigación sobre esa presunta fábrica de armas y otros delitos, pero pasara a su compañero Javier Gómez de Liaño, titular del Juzgado número 1, todo lo relativo al secuestro de José Antonio Ortega Lara.

Jaime Mayor, ministro del Interior, aseguró ayer en Ávila que la investigación está abierta, y expresó su convencimiento de que "buena parte de lo que se ha cogido en ese zulo llevará con seguridad a más éxitos policiales". Fuentes de la investigación confirmaron que las pesquisas "están muy calientes", y anticiparon que "pronto" puede haber nuevas detenciones en relación con el caso Ortega Lara y con otros secuestros de ETA.

La Guardia Civil tiene igualmente el convencimiento de que el ingeniero Julio Iglesias Zamora, secuestrado en 1993, estuvo encerrado 117 días en el mismo agujero en el que Ortega ha sobrevivido a 532 días de duro cautiverio. En ambos casos hay similitudes sobre el comportamiento de los guardianes, tales como que ponían música cada vez que abrían el zulo.

Los encargados de las pesquisas han llegado a la conclusión de que José Antonio Ortega fue trasladado desde Burgos hasta el zulo narcotizado con Dormicum y dentro de una máquina que a su vez era transportada en un camión. Junto a la nave industrial de Mondragón han sido localizados un camión y una máquina en cuyo interior había un compartimiento, por lo que hay sospechas de que este vehículo fue utilizado para el traslado del rehén hasta el agujero donde ha estado secuestrado.

La Comandancia de la Guardia Civil de Intxaurrondo (San Sebastián) baraja la hipótesis de que Ortega Lara fue secuestrado en Burgos por un grupo de ETA que posteriormente entregó el rehén a los cuatro individuos ahora detenidos. Éstos se habrían hecho cargo del funcionario de prisiones en algún punto preestablecido y posteriormente lo habrían trasladado en el camión hasta la nave de Mondragón cuya ubicación sólo conocían ellos.

Fuentes de la investigación han descartado, por el momento, que los detenidos se encargaran de realizar el secuestro en todas sus fases; es decir, desde realizar la información previa sobre la víctima hasta, su captura y posterior custodia. Hasta ahora no hay nada que haga pensar que éste fuera un comando integral, según un mando policial, aunque sí es posible que únicamente. obedeciera órdenes directas del comité ejecutivo de ETA establecido en Francia.

El Ministerio del Interior se mostró ayer sumamente cauto, alegando que la operación está aún abierta, y se negó a aclarar si entre la documentación hallada en la nave de Mondragón hay datos que induzcan a pensar que ETA estuviera recopilando información para otros secuestros. Fuentes relacionadas con la investigación descartan que entre los documentos figuren nombres de militares.

Todavía no se ha encontrado explicación al hecho de que en el zulo hubiera 25 millones de pesetas en billetes de 10.000, una cantidad que expertos antiterroristas consideran "excesiva" para un grupo que supuestamente sólo estaba encargado de la custodia del secuestrado. Una de la hipótesis es que parte de este dinero estaba preparado para su entrega a otros activistas.