_
_
_
_
_

Detenidos en Miami dos lituanos que ofrecían vender armas nucleares

La entrega nunca se materializó, así que cabe la posibilidad de que los dos lituanos jugaran de farol. Los lituanos, Alexander Darichev y Alexander Progrebovsky, fueron detenidos en Miami por los agentes del servicio de Aduanas de EE UU con los que habían cerrado un trato para la venta de misiles portátiles y armas tácticas nucleares procedentes del arsenal del extinto Pacto de Varsovia. Los agentes se habían hecho pasar por compradores de armas al servicio de narcotraficantes colombianos. La historia es todo un argumento para una novela negra de fin de milenio.

A lo largo de los últimos dos años, dos agentes del servicio de Aduanas, de origen eslavo que hablan perfectamente ruso, estuvieron negociando con Darichev y Progrebovsky la compra de una impresionante partida de armas: 40 misiles Igla (SAM-16) y Strela (SAM-14), y una cantidad no precisada de armas nucleares tácticas de las que las autoridades norteamericanas no han querido facilitar la identidad.Se sabe que los agentes mentían: decían ser compradores de armas para uno de los carteles colombianos de la droga, que quería emplearlas contra las autoridades de Washington y Bogotá. No está claro si los dos lituanos fantaseaban, eran estafadores o tenían acceso de veras a las armas. En cualquier caso, en el sumario constan los folletos de los artefactos que ofrecían. El proveedor, dijeron, sería Armimex, la compañía estatal de armas y municiones de Bulgaria.

La operación comenzó a partir de la investigación de una exportación a través de Miami de coches robados en EE UU. En su transcurso, los agentes del servicio de Aduanas se toparon con los dos lituanos. Éstos dijeron que, además de enviar los coches norteamericanos a los países del Báltico, estaban en contacto con gente que podía suministrar a buen preció misiles portátiles e incluso armas nucleares tácticas. Los lituanos sugirieron a los agentes que viajaran a Moscú para comprobar la veracidad de sus afirmaciones, pero éstos dijeron que preferían negociar desde Miami.

En junio de 1996, durante reuniones cuyo sonido e imagen fueron grabadas, los lituanos y los agentes avanzaron en Miami en sus negociaciones. Luego, todos se trasladaron a Londres. A comienzos de este año, el trato estaba casi cerrado. Las armas serían llevadas desde el puerto búlgaro de Bourgas a Puerto Rico por el transportista chipriota Angelo Zeini, en el carguero Al Fares, matriculado en Alejandría (Egipto). A fin de superar cualquier posible inspección rutinaria, el barco ocultaría las armas en su viaje por el Mediterráneo y el Atlántico en contenedores repletos de maquinaria inocente.

El fabricante búlgaro, según Darichev y Progrebovsky, se cubriría las espaldas afirmando que enviaba las armas al Gobierno de Lituania. Darichev y Progrebovsky fabricaron varios certificados falsos firmados por el ministro de Defensa de Lituania, en los que se afirmaba que éste había hecho y recibido el pedido.

El pasado viernes, los lituanos fueron detenidos en un hotel próximo al aeropuerto de Miami. Según el servicio de Aduanas, se disponían a abandonar EE UU para proceder a materializar la operación. La entrega de los 40 misiles Igla y Strela, al precio global de 1,3 millones de dólares (unas 189 millones pesetas), iba a ser inmediata; la culminación de las negociaciones sobre las armas nucleares tácticas seguiría después. El pasado lunes fueron puestos a disposición de una juez federal de Miami bajo la acusación de conspirar para la importación ilegal de explosivos, misiles antiaéreos y materiales nucleares. La juez decretó su prisión incondicional.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Él pasado año, Jonh Deutch, entonces director de la CIA, declaró a una comisión del Senado que el arsenal nuclear es "más asequible ahora que en ningún otro momento de la historia, debido a la disolución de la URSS y el empeoramiento de las condiciones económicas en la región". Desde el servicio de Aduanas y el FBI a la CIA, todos los servicios secretos de EE UU dedican buena parte de sus energías a seguir la pista de posibles ventas de tecnología o armas desde los antiguos países del pacto de Varsovia a carteles de la droga, grupos terroristas, organizaciones guerrilleras y países colocados en la lista negra de Washington.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_