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LA ENTREGA DE HONG KONG

4.000 soldados de China toman el control de Hong Kong

Jiang, evoca el espirítu de Deng para aplicar el principio de un país, dos sistemas en la ex colonia

El sueño chino se convirtió anoche en realidad: Hong Kong, la gran puerta de Occidente en Asia, regresa a China después de 156 años de dominación británica. Cuatro mil soldados chinos tomaron el, control ayer de la ex colonia. "Este es un día de celebración y no de pena", declaró Chris Patten, el último gobernador británico del próspero territorio.Fue una jornada pasada por agua, muy inglesa, pero el clima no restó espectacularidad a los actos. Tres horas y cuarto antes de ser arriada la Union Jack, la bandera británica, y de que se izaran la nueva enseña de la Región Administrativa Especial de Hong Kong y la de la República Popular China, cruzaba la frontera de Shenzen una caravana de vehículos con 500 soldados del Ejército Popular de Liberación, como avanzadilla de los 4.000 hombres armados que entraron a las seis de la mañana.

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El acto de Tamar East fue una bien preparada ceremonia de los británicos. Danzas con dragones, niños cantores, sopranos y barítonos intercalaban los desfiles de la policía de Hong Kong, del regimiento de la Reina, tropas de gaiteros escoceses y unidades de la Marina. Patten se revolvía nervioso en su asiento y hacía esfuerzos para no verter lágrimas. Ya había sentido la emoción cuando a primera hora de la tarde se despedía de todo el personal de su residencia oficial, convertida a partir de ahora en museo. Era ya noche cerrada cuando todo el pelotón militar disparaba al aire las armas en señal de saludo desde el centro de la explanada de Tamar East y se procedía a arriar la enseña británica y la antigua de Hong Kong. Un impresionante castillo de fuegos iluminaba luego la bahía de Victoria. Junto al muelle aguardaba engalanado el Britannia, el yate real, donde pasada la medianoche el príncipe y la familia Patten zarpaba. El presidente chino, Jiang Zemin, y su primer ministro, Li Peng, llegaron a media tarde a Kowloon, encabezando la nutrida delegación oficial de la República Popular China en la que figuraban la viuda e hijos de Deng Xiaoping. El anciano patriarca manifestó en vida su deseo de ser testigo directo de la devolución de Hong Kong.Un disciplinado contingente de 4.000 soldados del Ejército Popular de Liberación chino entró, junto con 21 blindados, a las seis de la madrugada de hoy (las 0.00 en Madrid) en Hong Kong, mientras diez navíos de su Armada y seis helicópteros de combate se internaban en las aguas territoriales y el espació aéreo de la ex colonia. El paso de lo camiones y autocares que transportaban al grueso de las tropas fue saludado con vítores por muchos ciudadanos. Mientras despuntaba el alba en Hong Kong, los soldados de Pekín ocuparon las cuarteles desalojados por los británicos.

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