Vuelva usted mañana

Hace unos años se suprimieron en España las pólizas; más recientemente se han puesto en circulación formularios simplificados para la declaración de la renta y hasta la posibilidad de hacerla desde casa.Son medidas que hicieron soñar al ciudadano con una burocracia más ágil, pero, por desgracia, no siempre es así. Hace poco me ha tocado renovar el DNI y me he encontrado con la desagradable sorpresa de que las antiguas dos visitas a comisaría ahora se han convertido en tres: en la primera se solicita la renovación mediante impreso; en la segunda se paga, se firma y se marca la huella, y en la tercera se recoge el nuevo carnet. Por cierto, el día en que se entrega la solicitud, el ciudadano queda citado para su segunda visita en fecha fija, de modo que, si la pierde, deberá comenzar el proceso.

En todo caso, todo sería más soportable si la visita a la comisaría fuera gratificante, pero tampoco. Lo he hecho en una de las más céntricas de Madrid, y el local es lo que se dice cutre: pavimento viejo y sucio de color oscuro, papeles por el suelo, indicaciones a rotulador pegadas con cinta adhesiva a las paredes, etcétera.

Lejos de mí, ciertamente, desear un Estado rico para un pueblo que no lo es; pero sí una Administración digna de nuestro tiempo y de nuestro entorno, que funcione expedita y que respete y eduque al usuario de sus servicios.-