_
_
_
_
Crítica:ROCK
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Rock suspendido en el tiempo

Puro rock suspendido en el tiempo es el que ofrecieron estas dos vibrantes formaciones a su paso por la capital. Los primeros, Tea, son un cuarteto madrileño que, si bien acusa cierto mimetismo que les delata enseguida como adoradores de Rory Gallagher, goza por otro lado de un poderoso directo en el que la guitarra solista aúlla sobreponiéndose a la voz del cantante. Tienen ya un disco en la calle y, según los pertenecientes a su tribu, un excelente porvenir por delante. La misma paradoja -futuro a base de tocar música del pasado- vive el sexteto murciano M-Clan. Este numeroso combo funciona con la misma precisión que un cronómetro suizo, desgranando canciones de pelo largo de cuando la longitud capilar era símbolo de desafió. El cantante Carlos Tarque y los suyos poseen un repertorio efectivo, lleno de himnos de los que da gusto corear y en el que sólo se echa de menos alguna que otra balada y, algo importante, valorar más los matices, ya que es simplemente muy difícil mantener el pulso firme y el interés del público ardiendo a pleno fuego todo el tiempo cuando la música está siempre arriba.Hubo dos partes del concierto bien definidas: la primera, en la que temas como Maxi ha vuelto, Perdido en la ciudad o la emocionante Canción sin retorno -dedicada al eterno rockero español, encarnado en la figura del recientemente desaparecido Pepe Risi-, apenas dejaban percibir algún hueco de silencio; y una segunda, en la que las canciones eran más participativas y obligaban al grupo a frenar la producción de ruido para dejar que el público llevase el compás con sus palmas.

M-Clan y Tea

Sala La Riviera. 1.600 pesetas. Madrid, 20 de junio.

A este segmento del concierto pertenecen los temas más conocidos y pulidos de M-Clan: Volando alto, Se calienta, En mis manos y la extraordinaria Vuelve. El público acabó entregado al ceremonial, certificando con ello que el paso del tiempo importa poco cuando lo que está en juego es la diversión y el ánimo roquero.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_